En los últimos días el séptimo arte ha estado de fiesta en la Región del Biobío, debido a la realización de la vigésima versión del Festival Internacional de Cine de Lebu, CINELEBU, único festival del Cono Sur con la característica de ser calificador de cortometrajes para los premios Oscar, posicionándolo como el certamen más importante de la región.
92 cortometrajes se encuentran compitiendo en 10 categorías, donde los ganadores de Ficción Internacional, Ficción Regional y Animación Internacional tienen como uno de los premios el ser visionados por el jurado calificador de los premios Oscar, entregados por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, el premio más importante en el orbe.
“Hace años que la competencia está siendo de un nivel bien importante, donde nos están llegando los seleccionados de los Goya, los seleccionados de los Oscar y otros grandes festivales, y el nivel de la competencia es bien alto y muy complejo para decidir, porque hay muchos cortometrajes buenísimos”, indicó la directora de CINELEBU, Claudia Pino.
En la categoría de Ficción Regional, de un total de 12 trabajos en competencia, uno es “Las Perras”, de la directora María Carolina Quintana, cortometraje grabado junto a la comunidad en el cerro Las Cañas, en Valparaíso.
Según la realizadora, el trabajo “encuentra un espacio donde se hace realidad la fantasía de la venganza”. Esto porque, según comenta Quintana “a veces uno tiene rabia y quiere fantasear con eso y eso está bien y deberíamos aprovechar estos espacios oníricos que nos entrega el cine para poder realizar estas ficciones”.
La cineasta sostiene que “si vemos la fantasía de los gringos masacrando a medio planeta por qué no vamos a poder nosotras las mujeres fantasear con la venganza a través de una superheroína urbana, que puede ser tu vecina, tu hermana, tu misma, y eso es lo que encontramos en Las Perras”.
Sobre su participación en CINELEBU, Quintana indica que “me parece súper importante e impresionante que nos hayan apoyado en un cortometraje tan al choque, y le agradecemos al festival el programarnos, el invitarnos, porque es un acto valiente mostrar este tipo de cosas”. Además, la cineasta agrega que “es importante porque nos posiciona y nos da una voz, que es una voz desde la ira, de lo real”.
El trabajo fue grabado en verano de 2018 y estrenado un año después en la comunidad donde se realizó, en el Cerro Las Cañas. “Es un cortometraje que te va a hacer pasar por emociones y te va a hace empatizar”, asegura la directora.
“Está bien sentir rabia y es una de las etapas que uno vive cuando le pasa algo y la rabia vivirla y darle un espacio es terapéutica, entonces tener estos espacios de rabia y visibilizarlos ayuda a una a comprender sus emociones”, sostiene Quintana. “Pero está hecho con rabia y también con amor, porque es el antídoto para la rabia”, complementa.
La invitación para ver el cortometraje está claro: “Abre el diálogo, te invito a abrir el diálogo de aquello que escuchaste mucho, de aquello que te tiene cansado del feminismo, te invito a que abras el diálogo sobre lo que ya no debe seguir siendo normalizado”, puntualiza Quintana.