Por Álvaro Inostroza Bidart.
Las drogas duras, como la cocaína, y la corrupción policial siempre han ido de la mano, incluso en la prestigiosa Policía de la ciudad de Nueva York; aunque de tarde en tarde aparece algún detective honesto que destapa la olla, aunque vaya contracorriente.
Esa podría ser la conclusión de “Nueva York Sin Salida” (2019), cinta dirigida por el cineasta irlandés Brian Kirk; y que, como buena cinta policial, se destaca por sus bien llevadas escenas de acción y el suspenso respecto de su desarrollo y desenlace.
Kirk, de 52 años, había dirigido solo un largometraje: “Middletown” (2006); pero había desarrollado una importante carrera como director de series de televisión; de donde viene su apropiado manejo de actores y su capacidad y síntesis narrativa.
En “Nueva York Sin Salida” el protagonista es el detective André Davis (Chadwick Boseman), hijo de un prestigioso mártir de la policía neoyorquina y conocido también por su eficacia en la detención de delincuentes, que no siempre terminan con vida. Lo ponen a cargo de un caso de alto impacto: los asaltantes Michael (Stephan James) y Ray (Taylor Kitsch) matan a siete policías, al robar cincuenta kilos de cocaína de un restaurant, que se utiliza como pantalla, para almacenar dicha droga por parte de una banda local.
El capitán Mackenna (J.K. Simmons) le colocará de compañera a una detective de narcóticos, Frankie Burns (Sienna Miller); y el alcalde subrogante Mott (Morocco Omani) les permitirá cerrar Manhattan por toda la noche, para detener vivos o muertos a los asaltantes, como en el viejo oeste; aunque aquí es por una razón bastante más oscura.
Esta investigación y persecución serán el corazón de la cinta; que se destaca por su buen desarrollo narrativo, en el cual se van entregando muy paulatinamente los antecedentes que permiten develar la verdad escondida, tras esta aparente “quitada” de drogas, efectuada por dos delincuentes sin nada que perder y que desatan una cacería de proporciones, para “vengar” el asesinato de tantos policías. André Davis representa no sólo al talentoso detective del cine policial, sino que tiene su antecedente en el comisario incorruptible de los western; que solo es capaz de enfrentarse con éxito al delito y la corrupción.