El arribo de la pandemia del Covid-19 a Chile ha dejado en evidencia la falencia de políticas públicas respecto a los trabajadores de la cultura. En ese sentido, la diputada Carolina Marzán, miembro de la Comisión de Cultura de la Cámara expresó que “no es de extraño que trabajadores del arte, la cultura y el patrimonio sean mirados como entes de recreación, bajo la idea de que esta actividad la realizan de manera recreativa y no como un trabajo principal. Esto queda demostrado con los escasos aportes en materia de políticas públicas e insuficientes recursos que fomenten la actividad, porque el arte entrega una riqueza intrínseca que contiene en el cultivo de la diversidad de las facultades intelectuales y espirituales del humano”.
La parlamentaria también recalcó que los anuncios del gobierno respecto a las medidas que ayudan a trabajadores dependientes no constituyen un apoyo tangible, en su mayoría, para trabajadores del arte, cultura y el patrimonio, “porque debemos pensar que muchos realizan su trabajo de manera esporádica y otro porcentaje lo hace de modo independiente. Y lamentablemente aquellos que realizan este trabajo bajo dependencia, encuentran problemas en el pago de sus cotizaciones, por lo que no pueden postular a esta ayuda en particular. Por ejemplo, el Bono COVID tampoco resulta una contribución real, puesto que gran parte de los trabajadores de esta área no pertenecen a los grupos de vulnerabilidad como lo exigen los requisitos del beneficio. Por lo tanto, se encuentran en la completa vulnerabilidad”, recalcó Marzán.
Además, la legisladora Marzán indicó que “nuestro país ha establecido el sistema de registro para la realización de ciertos programas y la inyección de recursos de determinadas áreas productivas. Al tener registro de quiénes y cuántos son en un área productiva circunscrita e individualizada, se evita la concursabilidad y se establece un criterio fijo, uniforme y lineal de requisitos para poder postular a fondos. Ante la catástrofe sanitaria, resulta un despropósito disponer de un fondo concursable para la Cultura, el Arte y el Patrimonio, haciendo primar el mérito y la competencia, en una situación en la que debería primar la igualdad distributiva e inmediatez en la ayuda”.
Por lo anterior, añadió, “necesitamos este registro, que busca revestir del valor que corresponde a estos trabajadores, no solo como cruciales para el país en materia de creatividad y gesta cultural, sino como figuras primordiales de un área laboral determinada, por ello es que, incluso, este registro en otros países es de tuición del Ministerio del Trabajo, superando la lógica del arte y la cultura solo como actividad recreacional”.