Abastecer a un grupo de familias con vegetales de origen agroecológico, es decir, cultivos sin productos químicos como plaguicidas o fertilizantes artificiales, es uno de los objetivos del Nodo Alimentario que funciona en la cuenca San Juan de Dios en Valparaíso y que beneficia a 25 familias. Así lo informó la académica Pamela Ramírez Verdugo, magíster en Áreas Silvestres y Conservación de la Naturaleza y curadora del Herbario de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), quien sostuvo que esta iniciativa vecinal nace a partir de un trabajo colaborativo en el que participaba el Observatorio de Participación Social y Territorio de esta casa de estudios.
Este espacio en particular se denomina «Nodo Sitio Eriazo». La académica precisó que se trata de un espacio público, ubicado en la subida Ecuador. Corresponde a un grupo de vecinos que trabaja con una dinámica comunitaria y colaborativa para obtener productos libres de agrotóxicos, con lo cual aporta a una mejor salud y promueve la economía familiar campesina.
“Cuando hablamos de agroecología se aplican varias aristas, la primera es el tipo de cultivo, aplicando técnicas y conocimientos ecológicas y más saludables; la segunda arista es apoyar a los productores familiares y esta ayuda tiene que ver con la mantención de un ingreso mensual seguro para los campesinos y disminución los intermediarios entre el productor familiar y los consumidores, y por otro lado, tiene la arista social que implica hacerse cargo del conocimiento personal de cómo nos alimentamos, esto muy relacionado con la soberanía alimentaria”, dijo Pamela Ramírez.
Acuerdo de confianza
Respecto a la organización y funcionamiento de la iniciativa, explicó que un grupo de consumidores hace un acuerdo de confianza con productores locales. Los consumidores se comprometen con un volumen de compra con cierta periodicidad, y los campesinos se comprometen a vender a un precio estable y producir vegetales sin agrotóxicos. Esta fórmula -aseguró- genera una estabilidad económica, pues los campesinos saben que recibirán una cantidad de dinero mensual, lo que a su vez neutraliza la especulación de precios. Otro efecto positivo es que esta iniciativa comunitaria permite la reactivación de los campos familiares y la planificación de los consumidores.
Un punto importante para el buen funcionamiento de los Nodos Alimentarios es la coordinación y compromiso de las distintas familias que integran la agrupación. Una fórmula es trabajar de modo rotativo, tanto para comprar como para armar las canastas para las familias. Ello implica, además, tomar contacto con los productores que, en este caso, pertenecen a zonas agrícolas del interior, como Colliguay y Limache.
Por ello, la académica realizó una invitación a informarse y conocer esta iniciativa, asegurando que cualquier persona puede formar parte o iniciar un nodo alimentario nuevo en su sector.
“Intenten formar nodos en sus lugares residenciales con sus vecinos, porque es una estrategia súper bonita para que que no solamente se alimenten mejor y de una manera más saludable, sino también es es una actividad que nos ayuda a conocernos como vecinos, entendernos y apoyarnos. Y el otro llamado que haría es a los vecinos que son cercanos a la subida Ecuador, puedan integrarse a este nodo, porque todavía se pueden integrar más familias”, concluyó. Junto a Pamela Ramírez participan en la iniciativa otros académicos UPLA, entre los cuales figuran Carolina Brown y Carol Parra, de la Facultad de Ciencias de la Salud.
Las personas interesadas en obtener más información o realizar consultas, pueden escribir al correo electrónico nodositio@gmail.com.