“Encuarentenados”, “cordón sanitario”, “aislamiento social” o “trazabilidad”, son solo algunas de las palabras que llegaron a nuestra realidad con la emergencia sanitaria. Y es que el contagio también se extendió a nuestra forma de hablar y expresarnos. Lo increíble es que no solo hemos adquirido nuevos conceptos, sino también hemos cambiado el sentido que habitualmente tenían muchas de ellas, lo que ha ocurrido aquí y también más allá de nuestras fronteras.
Esto es planteado por el académico de la Universidad de Playa Ancha (UPLA) y doctor en Lingüística, Juan Pablo Reyes, quien advierte que está sorprendido por la irrupción de tantas palabras del español que hoy se usan a diario (en redes sociales y medios de comunicación), que ya existían antes de esta emergencia, pero que han cambiado su significado o, derechamente, han adquirido uno nuevo. Ejemplos hay varios: “Protocolo”, “cuarentena”, “aislamiento social”, “meseta”, “segunda ola”, por mencionar algunos.
Reyes comenta que cuando recién se conoció el virus y la enfermedad que provocaba, ni siquiera se sabía cómo escribirla y tampoco qué género le correspondía (masculino o femenino). Si bien en un comienzo la OMS sugirió que se utilice mayúscula (COVID-19), hoy en día se acepta escribirla en alta y baja (mayúscula y minúscula). Incluso, a casi un año de la presencia de la enfermedad en nuestras vidas, también se usa sin el número, como una forma de abreviarla. Lo increíble –dice el investigador- es que el lenguaje es tan dinámico, que nadie puede asegurar que este concepto no siga mutando.
Lo nuevo
Entre los nuevos conceptos que han surgido en contexto de emergencia sanitaria, hay ciertas curiosidades como “cuarenpena”, para referirse a la tristeza que provoca el permanecer en casa durante largo tiempo, o webinar (referido a las palabras en inglés web y seminar). Incluso, ya se está hablando de los “coronials” para referirse a la generación de guaguas que han nacido o nacerán durante esta pandemia.
Otro sentido
Como un claro ejemplo de la resignificación de las palabras en este contexto, menciona “zoom” que, de acuerdo a la Real Academia Española (RAE), significa “objetivo de distancia focal variable, que modifica el ángulo de visión con el efecto de acercar o alejar la imagen”, la cual nosotros utilizamos para referirnos simplemente a una reunión virtual. Otro ejemplo es la palabra “meseta”, que la RAE define como “Planicie extensa situada a considerable altura sobre el nivel del mar”, pero que ahora, cuando la escuchamos, sabemos que se refiere a que un número alto de contagios se ha mantenido durante un buen tiempo.
Lejos de incomodarse por estos nuevos usos, Reyes se declara en “estado de observación permanente”, respecto a al nuevo contexto, tal como lo está la RAE en estos momentos.
“Están apareciendo con más frecuencia… pero también están transmitiendo una forma distinta de usarse, una forma distinta de entender…, por ejemplo, ‘cuarentena’ no son 40 días, sino 12 o 14; ‘confinamiento’ tenía que ver más con estados políticos, con situaciones de exilio, de expulsión, y hoy, confinamiento se usa en el sentido de encierro voluntario. Entonces, esas palabras están observando con mayor atención las academias y nosotros también, a través del Centro de Estudios Dialectológicos”.
El especialista subraya que, además, los hablantes hemos recogido palabras de la jerga médica correspondientes a las lenguas clásicas griega y latina, por ejemplo, “virus”, “guante quirúrgico”, “síntomas”, “contagio”, “pandemia” y “epidemia”. A lo anterior se suman otras palabras que han surgido y resurgido en este contexto como “trazabilidad”, “cordón sanitario”, “aduana sanitaria”, “aplanar la curva”, “residencia sanitaria” y “testeos”, entre otros.
Otro aspecto interesante de este nuevo fenómeno lingüístico es que, a pesar de la globalidad, cada cultura ha desarrollado sus propias formas de otorgar nombre a las cosas, por ejemplo, mientras en nuestro país hablamos de “mascarilla”, en Bolivia y Argentina usan la palabra “barbijo”, en Cuba “nasobuco”, y en México “tapaboca” o “cubreboca”.
Sin embargo, más allá de estas curiosidades, el doctor Juan Pablo Reyes advierte que la RAE observa la aparición de nuevas palabras o reutilización de palabras con nuevos uso, a través de redes sociales, especialmente en Twitter. ”Esa presión de uso está dado básicamente no tanto por los hablantes como la forma tradicional, sino por los usuarios de Twitter, de los usuarios de las plataformas de las redes sociales… Ellos están viendo qué palabra está buscando la gente en su diccionario virtual y están midiendo cuántas visitas tiene cada término y, en general, las más usadas -las que he mencionado-, como pandemia, cuarentena, epidemia”, dijo el académico, quien agregó que las lenguas son vivas y están insertas en los movimientos sociales y en la vida misma de las personas, por eso son siempre dinámicas y muchas veces expansivas.