Desde pequeño ha estado vinculado al trabajo social. Cuando niño y adolescente participó en distintas actividades realizadas por la Iglesia Católica para ir en ayuda de la población más vulnerable. De hecho, hasta los 24 años, Cristian Mella (candidato DC a la Gobernación Regional) pensó que su camino iría por el lado de lo religioso, ya que tenía serias aspiraciones para convertirse en sacerdote.
Es hijo del médico Luis Mella, quien desde 1992 ejerce como alcalde de la comuna de Quillota. Desde siempre conoció el trabajo político por el rol de su progenitor, pero no era algo que pensaba para sí. Se formó como psicólogo en la PUCV, y también obtuvo el bachiller en Ciencias Religiosas. Participó en las elecciones para formar parte de la Federación de Estudiantes de ese plantel. Su lista no ganó, pero de a poco se fue convenciendo que sus valores sociales y humanitarios los podía vincular desde el aspecto político para ir en ayuda del otro.
El 2016 fue jefe de campaña de su papá, y el 2018 asumió como consejero regional por Valparaíso, cargo que ocupa hasta el día de hoy, donde le ha tocado conocer desde muy cerca las distintas problemáticas que hay en la ciudadanía. Su apuesta es impulsar un programa político que vaya en sintonía con las demandas ciudadanas, y que principalmente tenga un foco en lo social, como también en los aspectos económicos, que hoy son urgentes en la ciudadanía.
-¿Cómo inició el camino político?
-Es muy reciente. Desde niño he estado ligado a la Iglesia Católica. En ese entonces, con las comunidades juveniles hacíamos mucha acción social. De hecho, fundamos con varios amigos un grupo que le llamamos “Acción Católica”. Hacíamos acción social los fines de semana. Es más, hasta 24 años pensaba ser cura. Pero las cosas de la vida me hicieron dar un vuelco a esa decisión. Me inicié en el ámbito político como el 2014, cuando me invitaron a ser parte de una lista de federación de la PUCV, cuando estudiaba psicología. Al principio no estaba tan convencido, pero mis amigos me insistieron, ya que era bastante querido por mis compañeros. Fue un proceso bastante interesante, de mucho aprendizaje. Nos quedábamos largas horas pensando en cosas para mejorar y tener un programa sólido. Al año siguiente, un amigo me dice que va como diputado, sugiriéndome ir como consejero regional. Y ahí lo decidí pensar. El 2016 fui el jefe de campaña de mi papá y ahí me gustó muchísimo el ambiente político. La inspiración humanista cristiana es la que más me convence a la hora de plantear distintas problemáticas, y soluciones como respuestas a nuestro entorno.
-¿Le ha gustado el trabajo de consejero regional?
-Sí, muchísimo. Pero lo malo son las trabas que tiene el cargo. Los consejeros regionales obviamente tienen que aceptar o rechazar las iniciativas del mismo intendente. El campo de acción es limitado. A veces hemos planteado problemáticas, y hemos transformado esas problemáticas en proyectos para la comunidad, y también ha sido muy bueno eso. No obstante, es muy limitado el poder del consejero regional.
-¿Qué destaca de la nueva figura del gobernador?
-El gobernador regional va a tener atribuciones súper importantes: podrá distribuir los programas de fomento económico, va a poder trabajar junto al consejo regional respecto al presupuesto que va a tener el mismo de Core anualmente, va asignar recursos a ciertos proyectos, va a poder intervenir en la inversión que hagan las distintas carteras, como el MOP, Salud, Educación. Por otro lado, el intendente va a dejar de llamarse intendente. Se va a llamar delegado presidencial y regional. Y a su vez va a mantener las competencias en seguridad, migraciones y coordinación con los seremis.
-¿Qué rol debiese tener?
-El gobernador regional tiene que ser el que inicie el proceso de concretar esta cosa de que Santiago no es Chile. Aún se siguen tomando decisiones en Santiago sobre las regiones. El intendente hoy obedece a intereses centralistas. El gobernador va a tener que hacer lo contrario. Tiene que representar los intereses de la región. Por ello, es importante que esta figura esté en terreno y sea capaz de sintonizar con el dolor que existe en las distintas comunidades. Debe ser una autoridad que esté cercana a la realidad de las personas, y que principalmente escuche, pudiendo cambiar la mirada con respecto a los políticos.
-¿Por qué decidió sumarse a la carrera para presidir el principal órgano regional?
-Como consejero me di cuenta de que hay mucho trabajo por hacer. A veces a los consejeros nos han cerrado la puerta, sin posibilidad de diálogo. Ahí es cuando empieza a pensar que debería haber otro tipo de liderazgo y que responda a los intereses de las personas de la región.
-Usted es un candidato muy joven, quizás el más joven del país que quiere asumir ese cargo. ¿Cuál será su sello?
-Los jóvenes buscamos renovar la política. Más allá de eso, lo que estamos ofreciendo es un proyecto político/social. Es una mirada distinta que está en sintonía con el dolor de la gente y con las expectativas que puedan tener las personas. Si la gente logra confiar en que podemos ser una alternativa, que se va a caracterizar por la honestidad, probidad, uso correcto de los recursos, y hacer las gestiones que estén al alcance, iríamos por el camino correcto. Creo que es importante priorizar la entrega de recursos cuando hay más dolor. Nuestro sello tiene que ver también con las formas en que vamos a enfrentar un gobierno regional. Por lo mismo, haremos mucho trabajo en terreno, y plantearemos con empatía soluciones concretas a problemáticas concretas.
-¿Qué le parece su contendor, Aldo Valle?
-Valoro su experiencia. De hecho, lo felicité. Estoy contento de que se dé una disputa con él. Su experiencia aporta mucho en la política.
-¿Cuáles serán los ejes de una eventual administración?
-El servicio de la política es justamente a disminuir el dolor humano, y eso te da como resultado una lucha fundamental por la felicidad humana. Nuestro enfoque estará en la descentralización, medio ambiente, salud mental, personas mayores, familia, reactivación económica y empleo.