Por Viviana García U.
Directora del Centro Gerópolis de la Universidad de Valparaíso
Miembro de la Red de Investigación en Envejecimiento – CUECH
Cada 10 de diciembre se conmemora el día en el cual la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos, documento que proclama los derechos inalienables que corresponden a toda persona como ser humano independiente de su etnia, religión, posición económica y edad, entre otros.
Para este 2020, el Día Internacional de los Derechos Humanos está relacionado con la pandemia del COVID-19 y se centra en la necesidad de ‘reconstruir para mejorar’, buscando garantizar que los derechos humanos sean la base para los esfuerzos de recuperación de todas las sociedades. Pero no es posible conmemorar este día sin desconocer cómo, a lo largo de esta pandemia, hemos sido testigos de acciones y políticas discriminatorias hacia las personas mayores con graves consecuencias en algunos casos: situaciones de omisión y negligencia en los centros y residencias geriátricas; negación de acceso a unidades de pacientes críticos sólo por condición de edad; discontinuidad de las atenciones y prestaciones de salud; restricciones de salidas y movilidad en las ciudades por razones de edad; y aislamientos obligatorios que han repercutido en situaciones de soledad y depresión. Según datos que maneja la organización internacional HELPAGE, las situaciones de abuso se incrementaron como resultado directo de la pandemia.
El 10 de diciembre es una oportunidad para reafirmar que los derechos humanos son esenciales para co-construir la nueva sociedad que queremos. La única forma de lograrlo será creando igualdad de oportunidades para todos y todas, llamado que se realiza desde las Naciones Unidas. Sobre todo en estos tiempos de crisis debemos procurar eliminar las desigualdades, exclusión y discriminación arraigados en conductas negativas sistematizadas y, muchas veces, invisibilizadas en el caso de las personas mayores, que se perpetúan generación tras generación. La aspiración de una sociedad más justa e inclusiva, donde cada uno, sin importar la edad, seamos respetados y tratados con dignidad, no debe ser una utopía.
Tal como lo dijo Eleanor Roosvelt, los derechos humanos comienzan “en los pequeños lugares, cerca de casa; en lugares tan próximos y tan pequeños que no aparecen en ningún mapa. […] Si esos derechos no significan nada en estos lugares, tampoco significan nada en ninguna otra parte. Sin una acción ciudadana coordinada para defenderlos en nuestro entorno, nuestra voluntad de progreso en el resto del mundo será en vano».
Desde el Centro Gerópolis de la Universidad de Valparaíso nos sumamos al llamado internacional abogando para que todas las respuestas a la pandemia del COVID-19 respeten los derechos humanos de las personas mayores, especialmente en lo que se refiere a los principios de autonomía en la toma de decisiones, como también al acceso a los servicios sociales y de salud, a cuidados de largo plazo y a espacios de participación, entre otros. Acciones concertadas y desde diferentes ámbitos lograrán este objetivo.
(Foto: Registro de la Escuela de Verano “Las Personas Mayores a la Universidad”).