Llegó el momento de establecer una «política de Estado» en la industria del turismo y dejar de improvisar sobre la misma, aseguró el candidato a concejal por Viña del Mar, Rodrigo Kaplan. Esto más aún cuando este sector económico aporta un 3,1% del producto interno bruto (PIB) del país y genera empleos —directos e indirectos— del orden del 9,9 %.
Estas declaraciones las hizo el ingeniero comercial luego de que el Ministerio de Salud (Minsal) informara que Valparaíso, Viña del Mar y Concón retrocediera a Fase 2 (o de transición), a partir de este jueves, a víspera de la Navidad y el Año Nuevo, debido al aumento de los contagios por la COVID-19 en esta parte del país.
“Ayer, mientras se daba la noticia de suspensión de los fuegos artificiales, me encontraba en la comuna de Puchuncaví, en mi calidad de académico de la Universidad de Valparaíso, culminando un largo proceso de desarrollo y entrega de un Pladetur que, magníficamente, cerró un grupo de profesores y alumnos de la Escuela de Gestión en Turismo y Cultura de la misma casa de estudios”, expresó.
Agregó que “mientras se hacía entrega del documento, llegaba la noticia por medio de redes sociales de la suspensión de la celebración de Año Nuevo y que de una u otra forma vino a cortar la luz a lo que fue un veranito de San Juan de la actividad. Luz que fue palideciendo desde el minuto en que se volvió a Fase 2 en Santiago, principal mercado de la región, y en donde estaban puestas las esperanzas de reactivación para esta temporada estival, sin festival”.
En peligro
Rodrigo Kaplan, que es candidato a concejal por el Partido Radical (PR), expuso que “todos quienes trabajamos en el rubro del turismo, estamos plenamente conscientes que se debe cuidar y cautelar la salud de la ciudadanía como primera prioridad; aunque debemos ser capaces también de cuidar una industria que genera empleos directos e indirectos del orden del 9 por ciento y aporta un 3,1 % del PIB; pero, por sobre todo, es un sector que genera un estado de bienestar intrínseco en quienes la consumen”.
“A lo anterior —continuó— debemos sumar que el turismo como actividad es multisectorial, ya que para su consecución se requieren de un sinfín de actividades anexas que va desde la salud, seguridad, accesibilidad, transporte, entre otras. El solo desarrollo y operación normal de la actividad nos permite cuidar el patrimonio y ponerlo en valor para miles de visitantes”.
El académico de la UV advierte que “hoy está en juego una industria que involucra servicios de alojamiento, gastronomía, agencias de viajes, servicios de entretenimiento, museos, cultura, transporte, locales nocturnos y tantas otras actividades y servicios, muchos de los cuales ya han desaparecido, y que sin su existencia no lograremos levantar nuevamente el encadenamiento productivo necesario para tener una actividad turística de calidad, simbiótica con nuestros valores y atractivos”.
«Urge una ley»
En ese contexto Kaplan anotó que “urge hoy una ley de apoyo y protección a la actividad, urge la flexibilidad del sistema financiero, tan beneficiado por años de la industria, pero como hoy su índice de riesgo es alto, por ende el acceso a fondos, a créditos, es dificultoso. Urge un Servicio Nacional de Turismo con mayores atribuciones y recursos adecuados que permitan ser un soporte real para los empresarios del sector. Urge una gestión desde los municipios adecuada a la crisis y que no se entregue simplemente equipamiento que no se puede utilizar porque está mal confeccionado. Como también urgen gremios afiatados, solidarios y con voz. En rigor, urgen muchas cosas porque estamos en peligro de extinción”.
Finalmente indicó que «nos vanagloriamos de ser un país que posee una gran cantidad de recursos y atractivos turísticos de primer nivel, ganamos premios y múltiples reconocimientos a nivel mundial como destino. Llegó la hora de ver si el turismo, como actividad, es una política de Estado y no simplemente aquella actividad que por condiciones basales de nuestro país, puede germinar sola, por inercia y no por planificación desde los gobiernos”.