En el baño, el closet o el velador. Estos son los lugares más comunes para guardar los medicamentos que habitualmente ingieren los miembros de una familia. Sin embargo, éstos requieren de un manejo y almacenamiento cuidadoso, que consideren las condiciones ambientales, para poder garantizar sus propiedades y que cumplan con los efectos esperados.
Paula Molina, químico farmacéutico de Farmacias Ahumada, comenta que en Chile no existe cultura de leer las etiquetas de los medicamentos, consultar al médico o al químico de la farmacia sobre cómo se deben mantener y almacenar los fármacos adquiridos para un tratamiento o dolor agudo. “De hecho, gran parte de los medicamentos se ven afectados por la temperatura, la humedad y la exposición al sol, siendo el verano es una época propicia para que se vean alteradas sus propiedades químicas, físicas, toxicológicas y microbiológicas, incidiendo en su eficacia terapéutica”, destaca.
En este sentido, es enfática al indicar que esto podría traer graves consecuencias en el caso de un enfermo crónico, pacientes que suelen consumir varios fármacos a la vez. “Los medicamentos también pueden ver modificada su toxicidad. Si varios fármacos tienen este tipo de variación, podría generarse una intoxicación”, señala. No olvidemos que de acuerdo al Centro de Información Toxicológica de la Universidad Católica, casi el 60% de las intoxicaciones en Chile son producidas por fármacos. Asimismo, la pérdida excesiva de agua y sales en la época estival reducirían la eliminación de los medicamentos, aumentando sus efectos en el organismo.
Por esto, la facultativa entrega algunos consejos para almacenar de manera adecuada los medicamentos y no comprometer el bienestar de las personas:
– Mantener los fármacos en ambientes frescos, secos y alejados de la exposición directa al sol. De acuerdo a Molina, “se deben mantener entre los 15° y 25°C, por lo que ni el baño ni la cocina son buenos lugares para mantenerlos”.
– “Deben ser guardados en sus envases originales, para tener claridad de la fecha de vencimiento del mismo”, recalca Molina. El Instituto de Salud Pública ha señalado en reiteradas ocasiones que se debe respetar la fecha de expiración de los fármacos, ya que en ésta se indica el término del periodo de eficacia y estabilidad del mismo aprobado en el registro sanitario.
– Alejado de los niños pero no de los adultos. Esto para evitar la ingesta accidental de sustancias en menores pero asegurar un fácil acceso en caso de emergencias como accidentes domésticos o catástrofes naturales.
– Lista con horarios y posología. “En el caso de personas con polimedicación, es necesario tener la cantidad y horario de la ingesta de los medicamentos, para evitar sacarlos de sus envases originales y mantenerlos en pastilleros, por ejemplo, lo que también pueden afectar su eficacia”, agrega.
Por último, la especialista hace hincapié en que las personas conserven los instructivos que vienen con los medicamentos y que proveen información sobre las condiciones de uso y conservación. “Sin embargo, y si existen dudas, el químico farmacéutico disponible en cualquier farmacia puede entregarle información certera del tema. Lo importante es que las condiciones de almacenaje o ambientales no afecten el éxito de un tratamiento farmacológico, ni vaya a poner en peligro el bienestar de un paciente”, finalizó.