Buenos hábitos físicos, no fumar o beber alcohol, además de una alimentación balanceada, son fundamentales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. No obstante, la correcta presencia de vitaminas y minerales en la dieta juega un rol clave para lograr un sistema inmune fortalecido que nos ayude a combatir a agentes patógenos externos como virus y bacterias.
En esa línea, Paula Molina, químico farmacéutico de Farmacias Ahumada, explica que “el sistema inmune es responsable de la defensa natural del cuerpo y está formado por células que, en buena medida, son generadas gracias a procesos donde los micronutrientes como las vitaminas y minerales son esenciales para mantenernos sanos. Por ejemplo, existen estudios que ligan el déficit de vitamina A con las cataratas, la vitamina D con problemas al sistema inmune, la hipertensión arterial, mayor riesgo de diabetes tipo 2 o patologías óseas; la falta de vitamina E con el cáncer de próstata o el ácido fólico con el cáncer colorrectal”.
Sin embargo, ya en 2010 la Encuesta Nacional de Salud advertía que el 85% de la población no consumía la cantidad de frutas y verduras recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras que la Encuesta Nacional de Consumo Alimentario –realizada en 2018 por la U. de Chile y el MINSAL- señalaba que el 95% de la población no cumplía con una alimentación saludable, lo que ha generado un déficit importante de vitaminas en la población durante los últimos años.
En la misma línea, un estudio realizado por académicos de las universidades de Chile, Católica y Finis Terra durante 2020 demostró una preocupante falta de vitamina D en niños y niñas entre 4 y 14 años, posicionando a Chile como uno de los países que está reportando uno de los mayores déficit descritos en la literatura internacional para este grupo etario. En esta misma línea, también se evaluaron otras vitaminas y minerales, como las B12, E y A, además de hierro, zinc, cobre y calcio, mostrando –nuevamente- importantes deficiencias.
Una dieta rápida y poco balanceada como la que hoy llevamos, sería la responsable de no tener los micronutrientes o las cantidades necesarias para prevenir deficiencias en nuestro organismo. En este sentido, Molina señala que se puede estar viviendo lo que la OMS define técnicamente como ´hambre oculta´, esto “sería una malnutrición encubierta, considerando el alza en los índices de sobrepeso y obesidad no sólo en este grupo, sino también en gran parte de la población de nuestro país”, indica.
Por consiguiente, existen ciertas vitaminas que no pueden faltar en nuestra dieta. Una de ellas es la vitamina C, el principal propulsor del sistema inmunológico, cuya ingesta debe ser diaria ya que al ser hidrosoluble, el cuerpo no la produce ni la almacena. Igualmente, las vitaminas del complejo B –como la B6 y la B12- son claves para soportar las reacciones bioquímicas del sistema inmune y fundamentales para la creación de glóbulos rojos, respectivamente. Por último, no podemos olvidar las vitaminas E y D; la primera es un gran antioxidante que ayuda al cuerpo a combatir infecciones, mientras que la segunda es clave para evitar problemas inmunes y óseos.
Por esto, “el consumo de vitaminas y minerales es fundamental para el cuerpo, aunque éste siempre dependerá de la edad, el género, los hábitos alimenticios y físicos de una persona, ya que el sobreconsumo de estos micronutrientes también puede traer complicaciones al organismo”, indica la farmacéutica, añadiendo que el empleo de estas sustancias siempre debe estar sugerido y monitoreado por un especialista o el médico tratante.
Entonces, una alimentación balanceada -que incluya todos los grupos de alimentos-, aseguraría un estado nutricional adecuado y ayudaría a prevenir el déficit de vitaminas y otros nutrientes, fortaleciendo el sistema inmune para evitar procesos inflamatorios y futuras patologías. Estando ad portas del cambio de estación, y considerando la realidad sanitaria actual, necesitamos preparar a nuestro organismo desde ya.