Consagrar el derecho a la vivienda digna, corregir el sistema político, eliminar los quórum calificados -que considera un claro amarre de la Constitución del 80-, establecer el agua como bien común de uso público sin derechos privados, garantizar la vida de los chilenos en un país libre de contaminación -donde llamó a los abogados a no demorar las causas medioambientales por intereses económicos- fueron los temas que abordó el académico y Premio Nacional de Ciencias, Agustín Squella, durante el primer Foro con Constituyentes Pauta – CChC Valparaíso que convocó a 7 candidatos a la Convención Constitucional por los distritos 6 y 7 de la Región de Valparaíso.
El debate, que se desarrolló a través de una plataforma de videoconferencia, fue moderado por la periodista Gladys Piérola y participaron, además de Squella quien postula al distrito 7 (Lista Apruebo), Ruggero Cozzi (RN / Lista Vamos por Chile) y Jorge Correa Sutil (DC / Lista Apruebo), ambos del distrito 6, junto a Juan Pablo Rodríguez (Independiente / Lista Vamos por Chile) y Jeanette Bruna (Independiente / Lista Vamos por Chile).
Agustín Squella partió señalando que se debe corregir nuestro sistema político y probablemente la legislación electoral: “Una de las gracias de la democracia, y me alegro muchísimo que nadie lo ponga en dudas, al menos de labios hacia afuera, es que tras recuperarla de manera extremadamente limitada después de largos 17 años, tiene la virtud de establecer reglas para organizar el poder, para dividir el poder, para limitar el poder y para controlar el poder”.
El candidato del distrito 7 explicó que “todos los poderes -el político, económico y el militar- tiene una enorme capacidad de dañar a las personas por lo que organizar el poder es lo mínimo, pero también hay que dividirlo. Un poder concentrado ya sea el gobierno central versus los gobiernos regionales o Presidencia versus Parlamento es proclive a excederse. Pero, además, de dividirse el poder debe estar siempre limitado y delimitado para tener fronteras claras en lo que un poder pueda hacer, y en lo que otro poder puede hacer para equilibrarse y controlarse unos a otros. No hay suficientes controles para el poder político; en las regiones es mínimo y en las municipalidades para qué decir. Las contralorías regionales no tienen ninguna capacidad, ni técnica ni de personal, para controlar al poder municipal que se encarna en una figura omnipotente como el alcalde versus un concejo municipal sin atribuciones. Vean cómo el presidencialismo jerárquico, casi monárquico, se replica a nivel municipal. Yo veo ahí una guía para el diseño futuro del régimen político y de gobierno también porque en Chile no sólo está mal distribuida la riqueza, sino que también el poder político”.
Quórum en peligro
En ese sentido el académico tampoco es partidario de mantener los quórum: “No más leyes de quórum calificado; no más leyes orgánicas constitucionales; esos fueron los amarres más clarísimos que estableció la Constitución del 80 para bloquear que el Congreso, democráticamente elegido desde 1990, pudiera modificar esas leyes porque el gobierno militar, con mucha astucia y mala fe, se encargó de promulgar la mayoría de las LOC antes de que asumiera Patricio Aylwin. Tenemos que poner atención en las fórmulas híbridas y en el tema de presidencialismo versus parlamentarismo me inclino por una fórmula híbrida que avance hacia un presidencialismo atenuado”.
En materia de medioambiente, Squella cree que hay que ir más allá de lo consagrado en la actual constitución. “No sólo hay que vivir en un ambiente libre de contaminación, sino que en un ambiente sano y libre de contaminación y vinculado con el desarrollo sustentable. Y también se vincula con el derecho cultural de las personas de poder identificar y disfrutar el patrimonio cultural, algo que en Valparaíso y en Isla de Pascua tiene una tremenda importancia”.
“Se asentó en el lenguaje hablar de zonas de sacrificio y desde el punto de vista moral es escandaloso. Nuestros principales problemas valóricos no son el aborto y la eutanasia, sino que es la pobreza y hay una asolapada conformidad con zonas de sacrificio que no son solo territorio, sino que familias que se están envenenando. Tenemos institucionalidad medio ambiental, pero de lentitud pavorosa acelerada por los abogados que defienden los intereses medioambientales. ¡Cuándo los abogados de Chile, aunque yo soy uno de ellos pero no ejerzo, van a tomar conciencia de que la lentitud de los tribunales de justicia y medioambientales se debe a la falta de ética en la manera en cómo tramitan las causas medioambientales en favor de intereses económicos!. Ellos traban la maquinaria”, recalcó.
El agua
El candidato del distrito 7 hizo una mención especial al agua: “En Chile no es necesario declarar que el agua es un bien nacional de uso público. La martingala chilena consistió en transformar los derechos de aprovechamiento del agua en susceptibles de propiedad privada, de lucro y acumulación. Por eso en la próxima constitución no bastará repetir que el agua es un bien de uso público, sino que tendrá que decir algo más fuerte. Es un bien común que habrá que regular en su asignación, pero no más derechos privados sobre un bien como el agua. Sí al derecho a la propiedad privada, pero por favor no más al agua”.
En cuanto a cómo operará la futura convención reiteró que se va a imponer la necesidad de escuchar: “Se deberán escuchar los próximos integrantes de la convención y estos van a tener que escuchar a las organizaciones sociales de los más variados tipos nacionales y regionales, y a expertos, y de manera más difusa a la ciudadanía. De todas estas escuchas resultará un avispero de opiniones y también un avispero de intereses. Para ordenar esto creo que tras coordinar su reglamento, la convención podría ponerse de acuerdo en cuáles van a ser las materias que va a regular la nueva constitución; cuáles van a ser los principios. Escribir el índice de la nueva constitución y que la ciudadanía, por los más variados sistemas, emita su parecer. El proceso no puede estar ajeno al proceso de petición porque la convención se va a transformar en un gran coloquio constitucional”.
Squella concluyó señalando que “mi expectativa es que la nueva Constitución consagre el derecho a una vivienda adecuada. Ya es hora de pasar del sueño de la casa propia al derecho a la casa propia y ese derecho está consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 y en el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU de 1966. Han pasado ya 70 y 50 años de esas declaraciones y en Chile aún estamos en deuda con el derecho a la vivienda».