Por: Eduardo Torres Gutiérrez.
Docente Escuela de Medicina Universidad de Valparaíso
Universidad Aconcagua, Sedes San Felipe.
Hoy ha fallecido el Premio nacional de ciencias, Epistemólogo, filósofo y biólogo Dr. Humberto Maturana Romesín y de inmediato recuerdo los primeros años de los 90, cuando en los pasillos de mi escuela de Psicología, corría un rumor…, nuestro profesor invitado de Neurociencias y Epistemología del Conocimiento sería el científico Humberto Maturana Romesín, que ya tenía varias investigaciones publicadas junto a su amigo Francisco Varela García. Probablemente, como todo universitario, era un nombre más que debía memorizar y estudiar sus clases para las Pruebas, pero a medida que fueron pasando sus clases, conferencias y pruebas, fuimos comprendiendo frente a quién estábamos, claro que a veces, debo confesar que en mis tiempos de estudiante, abría la puerta del Aula y al ver al profesor Maturana, torpemente no ingresaba a esas clases magistrales y leía los apuntes para las pruebas maturanísticas, perdiendo la hermosa oportunidad de escucharle. Ya titulado y ejerciendo la profesión de psicólogo, pude comprar sus libros, pero ya tenía el mejor back ground académico, sus diálogos y reflexiones en las clases, sus sabias enseñanzas y las Pruebas en torno al leimotiv que desarrollo junto a Francisco Varela: “Todo hacer es conocer y todo conocer es hacer”.
Trabajando en el sector del Castillo, comuna de La Pintana, sector altamente vulnerado en sus derechos de salud y sociales, junto a otros profesionales de un Centro Abierto Infanto-juvenil y a partir de la educación autopoietica maturanística que recibimos, organizamos en el año 2000, un Seminario Interamericano, al que llamamos “Derechos Humanos, metodologías y sugerencias para trabajar con niños y jóvenes que viven en extrema pobreza”invitando como panelista al profesor Humberto Maturana Romesín, pero el sabíamente, mando al fundador de la Teoría Biología Social, profesor Humberto Gutiérrez Sotelo, pues sabía que -sencillez que habla de la grandeza de las personas- era el más indicado para abordar dichas temáticas, pero desde perspectiva epistemológica de la Biología del Conocer y la Autopoiesis y así conocimos la propuestas de cómo hacer “Vivible el vivir” desde el enfoque del Dr. Maturana.
Conversando sobre tópicos del comportamiento celular, con la Jefa de la Carrera de Tecnología médica de la Universidad de Valparaiso, Sede San Felipe, Sra. Carolina Tapia Poblete, ella me hablaba de las conductas sociales y cooperativas que tienen el mundo animal celular de los mixomicetes, amebas sociales y bacterias que antes de morir, comparten fragmentos genéticos con las otras células para que está sigan viviendo, así en una dinámica que yo llamo “cooperativismo intercelular”, dinámica que me recordó las propuestas epistemológicas del profesor Mutarana, de ser seres amorosos y cooperativos, así como lo son las células en su dinámica autopoietica y de comunicación con otras.
Hoy, ya no está entre nosotros el “Sr. Maturana”, como le decían sus colegas en del laboratorio de Biología del Conocer de la Universidad de Chile, y al observar las cifras alarmante y preocupante de nuestra situación socioenonómica y de salud mental (Antes de la pandemia y durante ella) nos debería hacer pensar en nuestros estilos de vida y el tipo de sociedad que estamos construyendo, pues el modelo económico y el “desarrollismo industrial y tecnológico” no toma en cuenta ni considera a las personas en todos estos cambios; la gente posee procesos internos personales y se adapta más lentamente que lo que avanza el mundo, que lo que avanza esta Revolución Tecnológica en Pandemia y largas cuarentenas, de esta forma comenzamos a vivir una escisión psicosocial, una “desnutrición psíquica” –como decía el profesor Humberto Maturana Romesín, Premio Nacional de Ciencias- que a la larga, de no ser detectada a tiempo, nos lleva a un trastorno del ánimo o profunda depresión. La división irreconciliable de “Desarrollo – Progreso – Personas”, que estamos observando y viviendo, en esta realidad social, es a tal punto que, estudios de la Universidad de Chile ha demostrado consecuencias psicológicas en habitantes que viven cerca de industrias o ambientes contaminantes, así se da cuenta que dicha realidad no sólo altera y dificulta la calidad de vida, sino también “genera emergencia de trastornos o cuadros sicopatológicos, como depresiones, trastornos de ansiedad, estrés y crisis de angustia entre otros.” ¿Pero esto a qué político le importa? Se cuestionaba el profesor Maturana.
Pareciera ser que el Desarrollo o desarrollismo, se mueven en el Pensamiento Racional Técnico Cuantitativo instrumental monológico, pero no desde un Pensamiento razonable reflexivo dialógico que promueve hacer más “Vivible el Vivir” en una dinámica de “Cooperativismo” (como lo hacen las bacterias y amebas sociales) en que el “el otro es un legítimo otro en la sana convivencia”.
En sus últimas palabras, Don Humberto, dijo: “Cualquier teoría a la que uno se apegue impide la reflexión sobre su fundamento, y se transforma en una doctrina. Las doctrinas son enemigas de la reflexión, no te permiten reflexionar. Puede ser una teoría matemática, física, filosófica o de cualquier naturaleza, pero ahí está la respuesta, no tengo nada más que pensar. Y eso por supuesto que es enemigo de la reflexión y de una conversación que nos permita ampliar nuestra mirada de lo que está pasando”
La partida del profesor Maturana cierra un ciclo del pensamiento reflexivo de la epistemología de la “Biología del conocer y del amor”, nos deja un antes y un después y frente a ello, sólo me queda decir ¡Hasta pronto Maestro Humberto Maturana Romesín!, eternas gracias por sus clases y reflexiones.