Por Andrés Martorell Henríquez
Docente carrera de Fonoaudiología Universidad Santo Tomás
Sede Viña del Mar
Durante las últimas semanas de mayo y principios de junio se registraron los niveles más altos de ocupación de camas en servicios UCI en Chile y especialmente durante la pandemia. En el caso de la Región Metropolitana alcanzó el 31 de mayo un 99% de ocupación con sólo 35 camas disponibles. En el caso de la región de Valparaíso la disponibilidad a esa fecha es de un 98% con nueve camas disponibles, liderando así las regiones del país que viven un colapso.
En forma esperable, los esfuerzos han ido dirigidos a aumentar el número de camas disponibles, ampliando la red asistencial, suspendiendo pabellones, aumentando la carga de los profesionales de salud y forzando un sistema que ya no da abasto. Sin embargo, y aunque en forma esperable no es una prioridad, poco se ha considerado el rol de fonoaudiólogos y fonoaudiólogas en la disminución de la estadía de sus usuarios.
Del Campo y colaboradores (2020) consideraron que el costo día del uso de estas unidades bordeaba los $351.735 CLP, costo que está siendo absorbido casi en totalidad por los mismos usuarios y el Estado. No menos importante es la mejora en la calidad de su estadía y salud en aspectos de la alimentación y la comunicación. En otra publicación, Del Campo y colaboradores (2021) caracterizaron el perfil de usuarios que recibieron atención fonoaudiológica en unidades de pacientes críticos considerando la evaluación de la deglución y de la voz, además del tratamiento de la disfagia y las funciones motoras orales como aspectos principales de su quehacer.
La carrera de Fonoaudiología de la sede de Viña del Mar de Universidad Santo Tomás cuenta con docentes que han contribuido en forma importante a la mejora en la calidad de vida de las personas, atendiendo desde la intubación, extubación y rehabilitación de usuarios con traquestomía y diversos trastornos de las funciones estomatognáticas, traspasando esta experiencia a sus estudiantes, para lo que parece un punto de cambio en cómo visualizamos el quehacer profresional y la importancia dentro de un equipo interdisciplianario a fonoaudiólogas y fonoaudiólogos en estas unidades.
La crítica situación sanitaria producto del COVID-19 nos invita a valorar nuestra disciplina en diversos recintos hospitalarios y girar hacia un modelo de rehabilitación de estas unidades. No sólo con fines cuantitativos y económicos, donde sin duda nuestro trabajo con las personas se podrìa traducir en una disminución de los días que pasan en estas unidades, si no además en cómo pasan sus días en ellas y las secuelas con las que van a acompañar su rehabilitación. La inivitación no es sólo a valorarlos con aplausos, sino en forma directa a aumentar las dotaciones y cupos de profesionales de la comunicación y la deglución a equipos médicos dentro de estas instancias de atención crítica como fuera de ellas.