Por Silvio Becerra Fuica
Formado en la Escuela de Crítica de Valparaíso
Claudia Huaiquimilla es la directora y co-guionista de la película chilena “Mala Junta” (2016), obra marcadamente dramática, que, en manos de esta joven de origen mapuche, logra cristalizar y poner a la vista la problemática de los pueblos originarios, centrándose para ello en su propio pueblo que es el mapuche. Su apellido significa en lengua mapudungun “lanza dorada” (Huaiqui-Milla), mediante el cual se reconocía a los guerreros huaiquimillas que se destacaban por el reflejo dorado de sus lanzas, provocado por la luz del sol. Huaiquimilla nació en Chile en el año 1987, siendo egresada de Dirección Audiovisual en la Pontificia Universidad Católica de Chile, desempeñándose como ayudante del Taller de Ficción. Son temas de interés para ésta, sus raíces indígenas y la problemática relacionada con los traumas infantiles, los que aborda en el guion y dirección de su primer cortometraje titulado “San Juan, la noche más larga” (2012), que fue ganador del Premio Pedro Sienna 2013. El estreno internacional de «Mala Junta» se llevó a cabo en el 28 Festival Internacional de Cine de Palm Spring (USA), su éxito está refrendado por los más de 40 premios nacionales e internacionales recibidos.
El elenco de «Mala Junta» es el siguiente: Andrew Bargsted (Tano), Eliseo Fernández (Cheo), Francisco Pérez-Bannen (Javier), Francisca Gavilán (Andrea), Ariel Mateluna (Pedro), Sebastián Ayala (Diego), Rosa Ramírez (asistente social), Alex Aquevedo (Seba), Verónica Medel (Daniela) y Sebastián Jaña (Alexis).
«Mala Junta» es la historia de dos jóvenes adolescentes, que enfrentan la exclusión social y el desamparo en carne propia, a partir de sus propias realidades. Uno de los protagonistas principales es Tano, (Andrew Bargsted) de Santiago de Chile, chico urbano con grandes carencias socio – económicas y emocionales, quién, por circunstancias relacionadas con lo mismo, cae en reiteradas situaciones delincuenciales, que lo ponen en riesgo de caer nuevamente en manos del Servicio Nacional de Menores (SENAME). Como una salida para este problema inmediato, su madre decide enviarlo al campo con su padre en el sur de Chile, que se encarga de matricularlo en una escuela de enseñanza secundaria, como una forma de encauzar su vida por un mejor camino. El otro protagonista es Cheo (Eliseo Fernández), joven mapuche que vive en una comunidad indígena, en los alrededores de San Juan de La Mariquina, Región de Los Ríos, que se caracteriza por tener una apariencia tímida, el que es discriminado en el colegio por su origen mapuche y pensamiento político asociado.
Ambos jóvenes, formados en ambientes sociales tan diferentes y ambos, habitantes de lugares tan lejanos geográficamente (aproximadamente 1000 km.), por obra del destino de sus alicaídas vidas, confluyen en un mismo espacio, dando lugar a una amistad entre ambos como una manera de apoyarse mutuamente. Tano por su forma de ser, se convierte en un líder en el colegio, situación que le permite dar protección a su reciente amigo, generando en Cheo una capacidad para ir superando su timidez frente a sus compañeros. En este encontrarse de Tano y Cheo, se despliegan en forma destemplada, un abanico de situaciones y problemas que son expuestos con maestría por Claudia Huaiquimilla, destacando entre estos la discriminación y permanente bullying sufrida por Cheo de parte de sus compañeros de escuela (lo que sin duda es un símil de lo que ocurre entre el Estado y el pueblo mapuche), las reivindicaciones de los pueblos originarios y la permanente represión de carabineros de Chile en su contra. Tano se ve involucrado en esta nueva situación de vida para él, siendo esta una oportunidad para éste de conocer una realidad bastante diferente de la suya, en lo formal, pero bastante similar en sus aspectos de fondo.
Tano y Cheo, conforman el nudo fundamental de esta obra, que en su devenir permite desatar y entender, las diferentes problemáticas que con gran maestría va configurando y entrelazando Huaiquimilla. Dos jóvenes desarraigados, dos hogares mal constituidos, con padres ausentes que viven separados, maltrato de niños y adolescentes en el SENAMA, comunidades mapuches que reclaman a gritos por el respeto a su cultura y territorios ancestrales que les fueron usurpados, autoridades que hacen oídos sordos a sus reclamaciones y el uso de la fuerza policial en su contra, todos estos problemas y mucho más se encuentra en “Mala Junta,” poniendo en primer plano los malos funcionamientos de la sociedad chilena.
Como podemos constatar, «Mala Junta» toca una gran diversidad de temas, todos ellos de relevante importancia. Lo que diferencia a esta obra de cine de otras que intentan contar la historia del conflicto mapuche; es que, quién cuenta esta historia de abusos y atropellos institucionalizados, es Claudia Huaiquimilla, quien conoce el tema a fondo, pues este es parte de su vida, y por lo tanto a ella nadie le podrá contar cuentos sobre la verdadera realidad vivida por el pueblo mapuche.
Con esta obra, Claudia Huaiquimilla hace justicia a su ascendencia mapuche, presentándose ante el espectador, como si fuera uno más de los guerreros huaiquimillas, que, blandiendo su lanza, las emprende, no en contra de los molinos de viento como lo hiciera don Quijote de la Mancha, sino que, en contra de todas aquellas fuerzas institucionales, como de las que no lo son, que por mucho tiempo han subvertido el orden natural y la cosmovisión del pueblo mapuche. Huaiquimilla se vale de «Mala Junta», preciado recurso, para presentar el conflicto mapuche desde sus más profundas raíces, con el fin de que la opinión pública pueda formarse una opinión mejor informada de este, que se acerque un poco más a la realidad de los hechos que se están viviendo en la actualidad, los que la comunidad huinca no entiende o no quiere entender.
El nombre «Mala Junta», según mi opinión, lleva a la reflexión de porqué Huaiquimilla pensó en este título para su película, considerando que en el fondo se refiere a la persona del Tano, que sería una mala junta para el Cheo, ese joven mapuche, que en apariencia es tímido, pero que en el fondo es un gran activista al interior de la causa mapuche, situación que le hace ganar el respeto del Tano. La persona del Cheo tiene una doble mirada para el espectador, pues por un lado se presenta en un estado de aparente timidez frente a los compañeros de colegio, pero por otro lado muestra una férrea fortaleza y libertad para la acción en relación con los temas que tienen que ver con la defensa de las justas reivindicaciones del pueblo mapuche. Pienso que otro buen nombre para esta película, por su contenido, podría haber sido “El encuentro,” que es el que se produce entre dos jóvenes con raíces diferentes, que no obstante tener grandes diferencias en su forma de ver el mundo, tienen sin duda un trasfondo de injusticia social que los hace iguales en su desgracia, y que a pesar de todo son capaces de entablar una relación de amistad, de la cual ambos pueden sacar un humano beneficio.