Por Silvio Becerra Fuica
Formado en la Escuela de Crítica de Valparaíso
La autora de este ensayo es Jasmina Barrera, escritora mexicana, fundamentalmente ensayista, licenciada en Literatura Moderna Inglesa por la Universidad Nacional Autónoma de México, Maestra en Escritura Creativa en español por la Universidad de Nueva York y fundadora de Ediciones Antílope (2015). El 2013 obtuvo el Premio Latin American Voices de Ensayo. Jasmina nos cuenta de su gran itinerancia recorriendo faros por todo el mundo, incluyendo el faro de Isla Magdalena en Chile, como también una larga genealogía literaria, que destaca en su libro de ensayos “Cuaderno de faros,” entre los que se cuentan, Homero, Walter Scott, R.L. Stevenson, Lawrence Durell y Virginia Woolf entre otros.
Destacan dos elementos que son centrales en “Cuaderno de faros,” los faros y el mar, donde este último es representado mitológicamente como una suerte de sentencia de muerte para los navegantes, que, ante lo imprevisible de las olas y corrientes marinas, podrían llegar a perder su existencia. Respecto de los faros destaca su importancia, pues son los que advierten a la distancia, que el mar se acaba y comienza la costa con sus peligrosos bajos y roqueríos. Los faros son sinónimo de soledad y locura para quienes los habitan, y que son los responsables de que la llama o luminosidad de estos nunca se apague, resguardando con ello la seguridad de las embarcaciones o buques, que en las oscuras noches de tormenta podrían encallar en los oscuros arenales costeros.
El relato de la autora, convierte al faro en el protagonista principal de “Cuaderno de faros,” el que de principio a fin es el hilo conductor de la narración, que transporta a la protagonista, a tiempos y espacios remotos, teñidos de un aroma romántico de algún pasado que fue vivenciado por personas ya muertas.
No se puede pensar el mar sin el faro y el faro sin el mar, son el uno para el otro. Que esto sea así, no es porque ambos elementos se requieran (mar y faro), sino que es resultado de la acción del hombre, que, en la búsqueda de satisfacer sus necesidades, hace que esto sea visto y entendido así, pues el mar es un cuerpo de agua natural y un faro es una construcción artificial.
El mar y el faro son parte de una antinomia, en la que el mar es movimiento perpetuo, impredecible, salvador, pero también peligroso. El mar o la mar, representa la femineidad natural y mitológica que permite la vida. El faro por su parte es estoicamente inamovible, apuntando con seguridad hacia el cielo en representación de lo masculino, constituyendo con su luz un camino de salvación para las rogativas de los sufrientes marineros; Se yergue con hidalguía frente a la amplitud del mar, que se pierde en el horizonte. No obstante, esta oposición, es menester entender que ante la vastedad y grandiosidad del mar es posible que el faro se vea marcadamente disminuido.
Jasmina da cuenta de un irrefrenable afán de coleccionar todo sobre los faros, lo que la llevó a recorrer el mundo visitando faros, como asimismo investigando todo lo escrito acerca de éstos, con referencia a destacados escritores de la antigüedad como de los tiempos modernos. Todo coleccionista con cierto pesar tiene que reconocer y aceptar, que no está en sus manos la posibilidad de alcanzar el universo total de lo que busca coleccionar, lo que deja tras de sí, un sentimiento de gran insatisfacción. En el caso de los faros es posible percatarnos con mayor facilidad de esta inalcanzable realidad, lo que de alguna manera convierte a todos los coleccionistas en amantes de una permanente utopía. Un claro ejemplo de lo expresado lo tenemos claramente representado en nuestro país, Chile, que, a lo largo de su extenso borde costero, desde Arica hasta el Cabo de Hornos, cuenta con nada menos que novecientos sesenta faros, lo que, llevado a nivel global, convierte esta tarea de Jasmina en un imposible de cumplir, debiendo conformarse con recopilar información de todos aquellos lugares que logró visitar.
No obstante lo anterior, es preciso rescatar y valorar la templanza de la autora, para embarcarse en la temática de faros, un tema que para cualquiera pudiese resultar anodino, aburrido y demasiado técnico, la que gracias a su creatividad y capacidad empática logra revertir con éxito ese juicio, generando un ensayo de gran alcance, que va más allá de lo que en sí es un faro materialmente, entregando para éste una conformación diferente mediante la cual es posible lograr una comunicación que raya en lo dialéctico, donde todos los actores participantes y circundantes a la realidad que se desprende de la existencia de un faro, pueden ser parte de una sola y misma realidad, lo que es un mérito para la gran sensibilidad de Jasmina. Recomiendo la lectura de este ensayo, pues en éste, no sólo se alcanzará un disfrute que despeja mentes, sino que a la vez permite enfrentarse a una nueva forma de conocer una realidad cualquiera; me estoy refiriendo a la posibilidad de lograr entender y aprehender las capacidades de la multidimensionalidad que existe en cada uno de nosotros, asunto que para muchos aún es un misterio por resolver.
(Foto: Impronta Casa Editora).