El líder mapuche de la región, párroco y responsable de la Pastoral de la Movilidad Humana, visualizó el panorama que vive el país en torno a la temática. Por otro lado, analizó el rol de la iglesia en tiempos de pandemia.
Por Francisca Palma Schiller
Ciudadano Ilustre de Valparaíso, párroco, responsable de la Pastoral de la Movilidad Humana, escritor, e incluso bombero, es parte de lo que define a Pedro Nahuelcura; líder de la región y protagonista religioso de la Ciudad Puerto.
Miembro de considerables iniciativas, sin embargo, se ha convertido principalmente en un gestor relevante en temas de migración. Temática que ha marcado la pauta del país en los últimos años y deuda social indiscutible, deuda de la que el padre Nahuelcura intenta hacerse cargo y abrir aquellas puertas, que en determinadas ocasiones, están completamente cerradas.
“Lo importante es decir que la migración no es un tema nuevo. Tampoco podemos decir que estamos viviendo el peak de los flujos migratorios, sobre todo hoy, donde la pandemia ha frenado los flujos, sin embargo, se nota más porque es ‘distinta’: los años 20 fueron migraciones europeas, después en los 50’-60’ provenientes de Norteamérica, en los años 90’ fueron transfronterizas, con Argentina y Perú y hoy, son de Centroamérica. Ahí tenemos un tema pendiente como sociedad sobre el clasismo y el racismo”, indica Pedro Nahuelcura.
A lo que también reflexiona: “Para las iglesias las migraciones no son algo nuevo, tenemos la historia de Jesús, por lo que es parte del ADN del trabajo pastoral y el papa Francisco lo ha hecho más real, porque debemos darle dignidad a la migración y es un tema que hay que trabajar”.
En cuanto a lo concreto, sobre el rol de su trabajo en Movilidad Humana, el líder regional explica que los esfuerzos están puestos en las políticas internacionales, como también en el apoyo a quienes lo requieren.
“Somos parte de la Red Latinoamericana, Internacional, en cuanto a las políticas internacionales, haciendo el observatorio a través del Instituto, que funciona como órgano oficial de la Iglesia. Dentro del país, con el Estado, el Gobierno, autoridades regionales, ONG y con las organizaciones pro migrantes, estamos trabajando constantemente. Con respecto a lo local, estamos con los propios migrantes que nos consultan directamente y brindamos apoyo en temas de hospedaje, alimentos, asistencia social, jurídica, acompañamiento psicológico, religioso, entre otros”, detalló.
La otra pandemia: crisis social
Al preguntarle sobre el Chile actual y cuál es su opinión del panorama nacional, el párroco asegura que, paralelo a la crisis sanitaria, existe otra pandemia evidente: la social.
“Mirando la pandemia, en sí misma, es que nos trae un tremendo remezón a todos y todas. Por otro lado, hay otra pandemia que es más terrible que la del Covid, porque el coronavirus va buscando antídotos, vacunas y tratamientos que pueden ir apaleando el contagio, junto con la ciencia, el autocuidado y las medidas, pero la otra pandemia no tiene antídoto por mucho que nos pongamos mascarilla, que es la pandemia social”, reflexiona.
Agregando que, “esta pandemia son los gestos de violencia, en un Chile que ha cambiado y un Chile que también se ha vuelto más violento en todo ámbito de cosas, y lamentablemente, los pobres quedan a un lado. Esa es la pandemia que nos lleva a tener una cantidad de gente sin casa, sin sistema de salud, con pensiones indignas, discriminación, racismo, xenofobia, donde hay intolerancia a las nuevas culturas y a las culturas distintas”.
El rol de la Iglesia
Desde otra perspectiva, el también escritor tuvo palabras para revelar el rol que ha tenido la Iglesia en tiempos de pandemia. “Ha sido un trabajo silencioso, pero con un inmenso trabajo”, develó.
“En primer lugar, nuestro rol ha sido acompañar a la gente: hay mucho dolor, mucho cansancio. Ahí la iglesia tiene una palabra que dar, un consuelo que aportar. Tanta gente que ha fallecido, cómo acompañar esos procesos frente a la pandemia, la cesantía, el hambre, la falta de trabajo. Y todo este apoyo se gesta a través de Caritas, la Pastoral Social, el movimiento de iglesias y colegios, quienes han ido respondiendo de una forma muy silenciosa y con un inmenso trabajo que se hace diariamente en comedores sociales, talleres sociales, centros de acogida, entregas de ayudas y acompañamiento”, precisó.
Además, “hemos mantenido el diálogo con la autoridad con respecto a temáticas que nos interesan. Hay mucha crisis, mucha depresión, por lo que hemos cumplido la labor de ser el consuelo”, indicó.
Por último, aprovechó la oportunidad para dar su opinión sobre el hecho que marcó la pauta durante la semana: la Convención Constitucional y el triunfo de Elisa Loncón. Triunfo que se relaciona con sus raíces mapuches.
“El hecho que la lamien Loncón llegue a ser la presidenta de la Constituyente es un tremendo signo, es un reconocimiento y es una oportunidad tremenda para replantearse ciertos temas a nivel nacional, como lo es la reivindicación. Además, la conozco hace varios años, e incluso hemos trabajado juntos en comisiones. Espero que los cambios no queden solo en un papel, en una Constitución o en un debate. Esta es una oportunidad histórica para replantearnos qué sociedad queremos y qué país queremos para los que vendrán”, finalizó.
(Foto: Parroquia Corazón de María).