A más de un año de haber comenzado la pandemia y frente a un panorama más alentador en las cifras de contagio, el presidente del Colegio Médico de Valparaíso realiza un balance sobre esta crisis sanitaria, la más devastadora del último tiempo.
Por Francisca Palma Schiller
Si nos remontáramos al pasado nadie imaginaría lo que estaba por suceder: una pandemia de carácter mundial. Es que la llegada del coronavirus ha sido, sin duda, un remezón al sistema de salud, como también a nuestro diario de vivir. Con más de 1 millón y medio de contagiados de chilenos en lo que va de la pandemia, más de 36 mil fallecidos a nivel nacional y cerca de 5000 casos activos en la actualidad, la situación, si bien ha ido mejorando, está lejos por acabar, sobre todo, con la llegada de la alarmante variante Delta.
Pero, ¿qué se ha hecho bien?, ¿qué se ha hecho mal?, ¿qué hay por mejorar?, ¿qué nos falta? Son parte de las interrogantes que se realizan día a día aquellos que han estado en primera línea y hoy, a más de un año de su inicio, cobra más sentido que nunca al interior de los centros hospitalarios.
De esta manera, el representante del Colegio Médico de Valparaíso, el doctor Ignacio de la Torre realizó una profunda reflexión sobre lo que ha vivido el país y lo que aún queda por enfrentar. La lucha contra el COVID-19 no ha terminado.
-¿Cuál es la evaluación del Colegio Médico sobre la gestión sanitaria a nivel nacional y regional?
“Transcurrido más de un año de pandemia, probablemente el primer aprendizaje que uno podría considerar es que si la red pública y todos los esfuerzos de la red de salud se integran, público, privado y de Fuerzas Armadas, nuestro sistema de salud es mejor que cuando está fragmentado. Cuando existe una dirección, con objetivos claros, con estrategias claras y con una comunicación adecuada, los resultados en el manejo de las catástrofes sanitarias como lo son estas pandemias, son superiores”.
-¿Cuál es la diferencia que ha tenido Chile con otros países, por ejemplo?
“La gran diferencia que hemos tenido con respecto a la forma en que se ha abordado la pandemia en Chile, es que la estrategia inicial del Gobierno que se ha mantenido hasta hora, impulsada desde el Ministerio de Salud, ha sido la mitigación de los contagios y eso significa tratar de bajar los contagios administrándolos de alguna manera y no la eliminación, que ha sido la estrategia llamada COVID 0, que es una estrategia que requiere mayor energía cuando se implementa, mayores restricciones en el inicio, pero que ha demostrado que en el mediano-largo plazo permite una rápida recuperación de la actividad normal, con menos números de enfermos, con menos números de contagiados y con menos números de fallecidos. Tenemos sí o sí una mirada crítica con respecto a entender que otras estrategias de manejo, como habría sido la estrategia de eliminación, podría haber evitado sufrimiento y dolor a muchos chilenos”.
-¿Fue la vacunación uno de los procesos donde se puso el mayor esfuerzo?
“Uno de los grandes aciertos de la estrategia del Gobierno ha sido la vacunación, la cual ha podido ser impulsada gracias a las gestiones que se hicieron precisamente para conseguir el suministro de vacunas en un escenario mundial complejo y, en segundo lugar, gracias a la fuerza que tiene la atención primaria de salud en una tarea que tiene al menos 50 años, que es la estrategia de vacunación nacional y esa estrategia logró alcanzar sobre las 250 mil dosis administradas en un día, lo cual es un tremendo logro para un país como Chile. El costo, sin embargo, de la estrategia, fue transformar el modo COVID a todos los consultorios del país, lo cual ha significado la postergación de los pacientes crónicos, la postergación de controles preventivos”.
-¿Qué nos ha enseñado la pandemia?
“Que Chile necesita un sistema de salud que esté integrado y que sea capaz de responder a situaciones extraordinarias con recursos adicionales y no solo recursos económicos, sino que sobre todo, recursos humanos, recursos de infraestructura, porque la carencia de infraestructura fue uno de los problemas que marcaron durante el 2020 la pandemia: infraestructura para hacer el diagnóstico COVID, para realizar trazabilidad y aislamiento, para absorber las múltiples consultas de urgencia. En ese sentido, una de las tareas pendientes es repensar el sistema de salud y darle una mirada integrada”.
-¿Qué falta para terminar con esta crisis?
“Estamos ad portas de la llegada de la variante Delta, por lo tanto, no sabemos cuánto nos queda para vencer esta pandemia. Esta variante o cualquier otra mutación que tenga importancia epidemiológica y clínica, va a generar una serie de complicaciones en nuestra vida cotidiana, al punto de que si la variante Delta tiene un comportamiento similar al que tuvo en otros países de Europa o EE.UU lamentablemente es muy probable que nosotros tengamos un nuevo aumento de casos y en la misma lógica, retroceder en cuanto a las medidas que hoy se han liberalizado. Nuestro escenario actual es un escenario de mayor riesgo de contagios”.