La lucha de los vecinos y vecinas de la comuna de Putaendo para proteger su comuna frente al desarrollo de la gran minería se está librando en la justicia. Se organizaron para manifestar su rechazo ante los 350 sondajes que iniciará la empresa Vizcachitas Holding en la zona cordillerana, porque aseguran alterará su entorno cultural, espiritual, turístico y social de los habitantes de la comuna.
“Creemos valiosísimo proteger la alta montaña y todo lo que es Putaendo, es un lugar prístino, donde no tiene gran extractivismo. Creemos importantísimo que como ciudadanos y ciudadanas podamos ejercer nuestro derecho a decidir que procesos ocurren en la comuna y que nivel económico y cultural le daremos a nuestro territorio. Luchamos para hacer valer nuestro derecho de vivir en un ambiente limpio, a tener una libertad de expresiones religiosas y también poder ejercer el turismo a gran escala”, explica Eduardo Mercado, ingeniero en Medio Ambiente, vecino y patrocinador del recurso de protección.
La comunidad de Putaendo presentó un recurso de protección ante la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Valparaíso el que se declaró inadmisible en una primera instancia, por ello recurrieron hasta la Corte Suprema donde fue acogido.
“Resolvió que estimando los antecedentes que se hicieron valer en el referido recurso podía estimarse la concurrencia de la transgresión de garantías constitucionales señaladas en la misma constitución y por ese motivo dispuso que el recurso se admitiera a trámite y hoy se encuentra en etapa de ser remitido a la Corte de Apelaciones de Valparaíso con objeto que le pida informe a estos cuatro recurridos”, explicó el abogado de los vecinos, Adolfo Ortega.
El recurso presentado es en contra de la Minera Vizcachitas Holding, el Ministerio de Desarrollo, Social, el Ministerio de Economía y el Ministerio de Ciencias por la inacción en los cumplimientos de sus deberes legales.
“Busca tutelar garantías constitucionales específicas la integridad ´psíquica de las personas, porque van a ver alterado su medio ambiente de manera significativa, según lo señalamos, su libertad de conciencia, porque Putaendo representa y tiene un patrimonio cultural que los vecinos están dispuestos a defender y también su actividad económica en cuento a la actividad turística que ahí cesa”, explicó el abogado Adolfo Ortega.
Los vecinos de Putaendo buscan evitar el desarrollo de la gran minería, para ellos, un enemigo constante a su calidad de vida y fuentes laborales.
“Sería un efecto devastador, puesto que Putaendo tiene un gran patrimonio arqueológico y cultural, que es lo que potenciar. Además que es una cuna turística que no ha sido explotada, tiene inmensidad de lugares que podrían visitar las personas que llegan a este lugar. Así que pienso que el daño sería irreparable”, señala Audrey Estay, emprendedora de Putaendo.
“Para mí lo más importante son las tradiciones que tienen las personas y los pueblos, y todo eso se vería afectado porque llegaría un gran número de personas que vienen de afuera con otro modo de vida, con otro sistema, y que muchas veces no respetan lo tradicional de los pueblos a los que llegan. Todas las mineras no han dejado un buen resultado al final y Putaendo depende mucho del agua y la minera lo que más va a dañar es el río en su nacimiento. Entonces el valle acá, cualquier valle sin agua, muere”, indica Agustina Figueroa, vecina de Putaendo.