Por Marco Brauchy, candidato a diputado por Valparaíso, distrito 7 y Pedro Tognio, presidente Sindicato de Pescadores Artesanales Caleta Portales de Valparaíso
El sector pesquero artesanal de la Región de Valparaíso, representa en primera instancia una forma de vida, una identidad cultural y un patrimonio ancestral vivo que debemos mantener y resaltar.
En el aspecto productivo y social, los pescadores artesanales son más de 5.500 y se aglutinan en 32 caletas, según cifras oficiales. Estas últimas constituyen polos de desarrollo productivo, manteniendo la soberanía alimentaria, aportando con productos frescos a la población local y turística, desarrollando actividades ligadas a la propia actividad.
Pero como por todos es sabido, este sector enfrenta una serie de problemas para su subsistencia y desarrollo. Estas problemáticas van desde cuestiones legales, en donde destaca la llamada “Ley Longueira” hasta temas administrativos de las instituciones que los regulan.
Dentro de los principales productos extraídos y comercializados por los pescadores artesanales se encuentra la merluza común o popularmente denominada como “pescada”. Este producto es el más popular dentro de nuestra población, debido a su permanente oferta y por ser la de más bajo valor y, por lo tanto accesible a los hogares más humildes.
Sin embargo, desde hace más de una década esta especie se encuentra sobre explotada e incluso ha llegado a estar en estado de colapso.
Actualmente esta pesquería se ve enfrentada a un enemigo brutal: la pesca ilegal.
Según cifras declaradas, la pesca ilegal en Chile representa más de 4 veces la cuota asignada para esta especie. Esta situación sucede sin que los entes reguladores y fiscalizadores hayan actuado eficazmente contra esta actividad que además de ser ilícita, afecta a los pescadores que actúan conforme a la legalidad y que además son fiscalizados de manera exhaustiva por el servicio nacional de pesca. Esto daña profundamente la biomasa de merluza común existente en nuestro país, lo que nos lleva a una situación que en el corto plazo la especie pueda desaparecer de nuestros mares y de nuestros hogares.
El sector con quienes he conversado se declara a favor de la utilización de artes selectivas para la captura de este recurso, pero identifica que hoy el principal flagelo de la merluza lo constituye la pesca ilegal venga de donde venga y las mafias que la comercializan.