Este lunes el Gobierno de Argentina oficializó la apertura total de sus fronteras para el turismo internacional, una medida celebrada por los operadores del país suramericano, que durante el 2020 perdió más de 3.000 millones de dólares procedentes del turismo por la pandemia.
Esta iniciativa supone la culminación del «plan de apertura, progresiva y cuidada de actividades» en Argentina, un país que lleva más de veinte semanas consecutivas con cifras bajas de casos y muertes por COVID-19.
En declaraciones a Efe, el presidente de la Federación de Cámaras de Turismo de Argentina (Fedecatur), Héctor Viñuales, afirmó que la llegada de turistas extranjeros supondrá no sólo «más ingresos» para el sector, «sino cubrir parte de los pasivos» generados durante la pandemia y, pasado un tiempo, generar los «excedentes para poder invertir».
«El turismo extranjero le da ese plus económico a nuestro país en materia turística que no te lo da otros segmentos de esta actividad», reconoció Viñuales por videoconferencia.
Sector muy golpeado
En marzo del 2020, el Gobierno argentino decidió cerrar las fronteras del país para frenar la propagación del coronavirus en su territorio, una disposición que con el paso de los meses fue flexibilizándose hasta llegar a la apertura total de este lunes.
El impacto de la pandemia sobre el sector turístico fue mayúsculo: los ingresos por turismo totalizaron 1.616 millones de dólares en 2020, una contracción del 69,2 % con respecto al año anterior, cuando fue de 5.241 millones, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
Estos números posicionaron al «turismo receptivo» como el noveno sector de la economía que más divisas generó el año pasado, cayendo del cuarto lugar que ostentaba en 2019.
En este contexto, el Ejecutivo nacional puso en marcha diversas medidas, como el pago de parte de los salarios del sector privado o bajadas de impuestos, que no lograron evitar la pérdida de toda una «cadena» económica.
«Hemos perdido muchos establecimientos y hay una modificación de sectores en las distintas ciudades (…). Claramente se han perdido 187.000 puestos de trabajo», aseveró Héctor Viñuales.
En los últimos meses, el sector turístico comenzó a recuperar su dinamismo gracias al empuje del mercado interno, animado especialmente por el «Previaje», un plan de créditos impulsado por el Gobierno que ha beneficiado a más de un millón y medio de personas este año.
Ahora los operadores turísticos esperan con los brazos abiertos la llegada de turistas extranjeros, cuyo gasto medio en dólares era «siete veces» superior al del turista nacional antes de la pandemia.
Así lo manifestó Viñuales, agregando que, en esta primera etapa de aperturas, los dos principales emisores de turistas hacia Argentina serán Brasil y Chile, países con los que ya se trabajaba en una «experiencia piloto» de turismo seguro.
De hecho, uno de los grandes atractivos de Argentina es que se trata de un destino «realmente barato» en América Latina, debido a la devaluación de la moneda local: al principio de la pandemia, un dólar estadounidense se cambiaba por 85,5 pesos argentinos en el mercado informal de divisas; hoy, un dólar en ese mercado equivale a 195 pesos.
«Los destinos turísticos van a ser grandes centros comerciales», pronosticó Viñuales.
En esta línea, el Banco Central argentino resolvió el jueves pasado habilitar la posibilidad de que los turistas extranjeros abran una caja de ahorro bimonetaria (dólares estadounidenses y pesos argentinos) para los gastos durante su visita, una medida pensada para aliviar las tensiones cambiarias del país.
Expectativas en 2022
El presidente de Fedecatur pronosticó que los primeros efectos de la apertura de fronteras se notarán en la temporada de verano, aunque en ningún caso se llegará a los niveles prepandemia, cuando el país recibía más de siete millones de turistas anuales.
«Espero que la ciudad de Buenos Aires tenga una muy buena afluencia de Brasil en enero y febrero (…), pero no vamos a tener los números del 2019 en 2022», matizó Viñuales, que prefiere hablar de «rebote» en lugar de «recuperación».
En cualquier caso, el empresario sí confía en los beneficios que tendrá el turismo para la maltrecha economía del país suramericano, que arrastra una profunda crisis macroeconómica desde mediados del 2018, al considerar que será el sector con mayor creación de empleo formal.
«Creo que el turismo va a estar liderando la tasa de crecimiento con relación a otras actividades, sobre todo aquellas que tienen mucha incidencia en la mano de obra», manifestó.
(Fuente: Emol).