Con la llegada del «Viking Jupiter» la mañana de este martes, se abrió en Valparaíso la temporada de cruceros 2021-2022. Se trata de la primera nave en atracar en la ciudad después de más de un año, como consecuencia de las restricciones debido a la pandemia.
El crucero arribó a Valparaíso con cerca de 650 pasajeros a bordo, además de su tripulación, en momentos que la industria busca la reactivación tras meses difíciles por las restricciones sanitarias. No obstante, esto justamente coincide con el avance en el país de la variante Ómicron.
Sobre los difíciles momentos que han pasado hasta ahora, el gerente general de la Escuela MIHA y CEO de ISM Group, Julio Bustamante, a comienzos de mes en conversación con La Región Hoy, recordaba que “los cruceros debieron paralizar definitivamente a partir de junio del año 2020, una vez que la pandemia se declaró definitivamente porque eran un elemento muy complicado a la hora de los contagios, en cuanto al traslado de la gente, los turistas y el personal desde un puerto a otro. Además, un barco significa estar encerrados dentro de un espacio físico delimitado, y eso hizo que para la industria fuese un desastre (…)».
Ahora, cuando ya se abre la temporada de cruceros y para hacer frente a los próximos meses que esperan sea de reactivación pero en un contexto aún de cuidado, Bustamente comentó que como ISM Group han tomado cartas en el asunto «en respuesta a los hechos ocurridos durante la pandemia y que pensamos no han tenido una respuesta adecuada por nuestro servicio de salud», y crearon un servicio privado de sanidad marítima.
La iniciativa se llama Marisani y busca crear una barrera sanitaria en las costas chilenas, como ya lo han hecho en Europa o Estados Unidos. Este proyecto «se viene madurando desde comienzos de la pandemia», señala. «Fue presentado a la autoridad marítima hace unos meses y ha contado con su apoyo», añadió.
Marisani cuenta con un equipo liderado por el doctor Luis Nodarse, experto en sanidad maritima con mas de 25 años en varias compañias de cruceros. «Marisani cuenta con un equipo de inspectores con certificacion USPH y todos hablan inglés, cosa muy importante para abordar las distintas naves tanto mercantes como de pasajeros», indica.
«Desde que la OMS dio la alarma mundial frente al COVID -19 y los estibadores del país se sintieron amenazados, vimos que había un gran problema y no estábanos preparados para ello, ya que este problema no se refiere solo a este virus, sino a cualquier tipo de bacteria o virus que pueda llegar al país e ingresar a través de nuestras instalaciones portuarias. Y ahí nos dimos cuenta que debíamos hacer algo para mejorar esto y no solo en Chile, sino también en Argentina», finalizó Bustamante.
Tras el arribo de este primer crucero, desde la Seremi de Salud, indicaron que los pasajeros deben contar con un PCR de 24 horas, pase de movilidad, seguro de salud y pasaporte sanitario. Con estos documentos pasan por el área de control y se les autoriza el desembarco.