“Creo que la votación de Boric fue mucho más extensa y diversa que el FA y el PC”, indicó el convencional constituyente, Agustín Squella, a propósito de los resultados de la segunda vuelta, asegurando que sería bueno que gobierno y Convención marcharan por caminos paralelos, pero separados: “El gobierno cumpliendo sus deberes para con la Convención- apoyo logístico, respeto por su autonomía y convocatoria al plebiscito de salida- que es algo que puede darse por seguro, y la Convención cumpliendo con independencia los suyos”.
En cuanto a si la relación entre gobierno y Convención podría experimentar un cambio con el mandatario electo, reconoció que no mucho, “porque el nuevo Presidente es un hincha de la Convención; estoy seguro que respetará la autonomía de la Convención y que está sabrá tomar distancia de la contingencia. Nos queda poco más de 6 meses para cumplir nuestro cometido y no podemos pensar ni en un día más”.
“El Gobierno es para marzo y los siguientes cuatro años, mientras que la Convención es para seis meses más y las próximas décadas. Al aprobar una Convención, lo que hizo el país fue levantar la mirada desde la contingencia y fijarla en el futuro”, añadió.
Nueva Mesa
Respecto a las características que debiera tener la nueva Mesa, que se elegirá el 4 de enero, precisó que están circulando varios nombres “bien calificados”, recalcando que “se necesita una mesa con una muy buena capacidad de gestión, apoyo político interno y determinación y carácter para supervisar y articular el trabajo de las comisiones temáticas”.
A su juicio, el único remedio contra el debilitamiento de la imagen pública de la Convención es “que trabajemos cada día mejor, con sujeción a las reglas que tenemos y en el tiempo de que disponemos, y no involucrarnos en la contingencia política ni judicial del presente. A la Convención se le pidió una Constitución para el futuro y no la gestión ni la opinología sobre el presente”.
“Sin moderación no habrá acuerdos y sin acuerdos, no habrá nueva Constitución. Así de simple. No siempre estamos obligados a ponernos de acuerdo, aunque tratándose de la Convención sí lo estamos. Pero al interior de la Convención no han desaparecido ciertas posiciones extremas, por lado y lado, que podrían terminar dificultando y hasta impidiendo que los sectores moderados, que son los más, lleguen a acuerdos”, señaló.
Por último, dijo que “el éxito de la Convención va a depender de la calidad política y técnica del texto que será presentado a la ciudadanía y que él sea realmente bueno para el país y no solo para un sector de este. Tendrá que ser un espejo en el que todos podamos mirarnos con satisfacción y constatando que nadie queda fuera de la imagen”.