El aclamado escritor y poeta chileno, conocido por sus novelas ambientadas en la pampa nortina, habló sobre la importancia que ha tenido la escritura a lo largo de su vida, pasión que lo llevó a publicar, en plena cuarentena, la novela “El Secuestro de la Hermana Tegualda”.
Por Francisca Palma Schiller
Su voz, a lo lejos, transmite inspiración por el gran amor de su vida: la literatura. Es que tal como nos revela, los libros, las letras y la escritura lo han llevado a sobrevivir en determinados momentos de su vida… un lápiz y un papel han sido suficientes para volver a encontrar sentido en medio del camino, seguir adelante y publicar más de 20 libros.
Hablamos de Hernán Rivera Letelier, el aclamado escritor y poeta chileno, que hoy busca consagrarse como el premio Nacional de Literatura 2022, porque como él mismo nos señala, “yo no me lo merezco, pero mis obras sí”.
Pese a la enfermedad que padece, Parkinson, y las dificultades que ha tenido que enfrentar durante la pandemia, el reconocido escritor no se ha detenido ni un segundo. Durante el 2021, publicó incluso “El secuestro de la hermana Tegualda”, la novela número 21 de su catálogo. En ella rescata la pareja formada por el investigador El Tira Gutiérrez y su asistente, protagonistas de tres novelas policiales. En esta ocasión, el relato gira en torno a la desaparición de la mujer.
De esta manera, con el objetivo de conocer sobre su última publicación, pero también realizar un emotivo y reflexivo recorrido general por su trabajo, Hernán Rivera Letelier conversó con el diario La Región Hoy sobre literatura, pero también sobre actualidad.
-¿Qué se ha significado la escritura para usted? Relacionándolo también con su gran protagonista: la pampa chilena, lugar olvidado por muchos y que intenta visibilizar.
-“La escritura fue mi salvadora, escribir fue lo que me salvó de pegarme un tiro en la pampa, porque yo me crié en una casa donde no había ningún libro, ninguna revista, ningún diario, porque no se compraba eso, porque mis padres eran evangélicos, por lo tanto, se prohibía todo eso: la radio, la guitarra, la fiestas. Empecé a escribir a las 18 años, donde me di cuenta de que no conocía más que la pampa, me revelé, me fui a recorrer Latinoamérica y fue un viaje fundamental, ahí empecé a escribir”.
-Y ahí llega su primera novela…
-“Empecé a escribir poemas y así estuve durante 15 años y nunca le hice un poema a la pampa, porque encontraba que la pampa era demasiado grande, demasiado inmensa como para cantarle, para contarla, y mis poemas eran muy pequeños, de 2, 4 o 10 versos, no más. Después, descubrí la prosa, empecé a hacer algunos cuentos de la pampa, hasta que un día, devuelta de la mina, empecé a escribir y dije ‘esto ya no es un cuento largo… es una novela’. Me demoré en escribirla cuatro años, porque trabajaba. Yo anhelaba una beca de tiempo. Además, ahí me di cuenta que tenía que estudiar: me dediqué a estudiar técnica, me compré libros, me conseguí libros, me robé libros y después que conocí todo lo que pude, escribí una novela de la forma en que a mí me gustaría leerla. Y tal como dice el dicho, ‘pinta tu aldea y pintarás el mundo’: ahí está la clave, dije voy a contar una historia que transcurra aquí en la pampa, pero lo haré de manera universal”.
-El 2021 se publica “El secuestro de la hermana Tegualda”, acompañada también de tres lanzamientos en el mismo formato. ¿Qué significó trabajar en pandemia?, ¿Qué sigue para Hernán Rivera Letelier?
-“En pandemia, la literatura vuelve a salvarme la vida, sin la escritura no hubiera aguantado un año y medio encerrado. Durante ese año y medio, escribí, escribí y escribí y terminé tres novelas. Ahora, como proyección, lo que quiero es publicar una de estas novelas en julio y me están postulando al Premio Nacional de Literatura, y confío en que esta sea la oportunidad, porque cuando me preguntan si merezco ese reconocimiento, yo respondo, ‘yo no lo merezco, pero mi obra sí’”.
El aclamado autor agrega que, “otra de mis proyecciones es la película del libro ‘La contadora de películas’, un derecho que me compraron hace 10 años y cuando ya estaba lista para ser filmada, llegó la pandemia y se suspendió todo. Esperamos que se pueda retomar en marzo, sería muy significativo para mí, yo le tengo mucha fe porque es la novela que ha tenido más traducciones”.
-Chile ha estado viviendo momentos difíciles, tales como el estallido social e incluso la pandemia. Si tuviese que escribir una novela inspirada en estos contextos, ¿cómo sería?
-“Yo no escribo sobre lo calentito, yo tengo que dejar pasar el tiempo, alejarme de la situación y mirarla en perspectiva… por ejemplo, si muriera un amigo, yo no haría un poema sobre su cadáver, lo haría tiempo después. Pese a aquello, yo escribí un artículo alabando a los estudiantes, los cuales empezaron todo esto. Deberíamos hacerles un monumento a ellos en Plaza Dignidad, porque incluso les hago la comparación con el salto de Arturo Prat… a esos niños les siguió un país entero”.
-En cuanto a la cultura y su importancia, ¿qué espera para el próximo Gobierno en esta materia?
-“Han sufrido mucho los artistas en esta pandemia, los actores, los cantantes, los pintores… por lo mismo, confío mucho en que el Gobierno que viene ahora va a velar más por el arte, por la cultura, cosa que no se ha hecho con este gobierno de mierda, en donde la cultura es la última pieza en la ventanilla de las prioridades. Conversé incluso con Izkia Siches y, por lo que me contó, este Gobierno hará muchas cosas por la cultura, porque hay que darse cuenta, cosa que la derecha no se da cuenta, que un país sin cultura es un país sin alma”.
(Foto: Glenn Arcos)