Por José Ossandón
Periodista
Director de La Región Hoy
Una casita chiquitita así
Con muchas ventanitas de color
Una mujer chiquita, así
Con ojos grandes para ver mejor
Un hombre muy chiquitito, así
Que vuelve tarde de trabajar
Con un sombrero chiquitito, así
Lleno de sueños a realizar
Y cuando sueña no puede esperar
Attenti al lupo
Attenti al lupo
Living together
Living together
Esta semana se informó que el Presidente Gabriel Boric (como prácticamente Chile ya no tiene mandatario me di el tupé de proclamar al líder del Frente Amplio como nuestro Presidente y no presidente electo) se irá a vivir al histórico barrio Yungay, una casa bastante amplia y bonita, emplazada en un sector capitalino que fue fundado en 1839.
Esta propiedad tiene 500 metros cuadrados, 13 dormitorios y nueve baños, de acuerdo a la publicación del sitio web Portal Inmobiliario. Por supuesto (era que no) que esta noticia dividió a los vecinos de ese lugar, pues algunos creen que la presencia de esta ilustre autoridad pondrá en riesgo a la comunidad; mientras que otros se alegran con el próximo alojamiento del jefe de Estado rockero.
Según informes emanados desde “La Moneda Chica”, la casa es firme y tiene un sistema antisísmico, es decir, si pasa un camión o un vehículo pesado por los alrededores no presentará movimientos.
Dicen que está recientemente remodelada y que cuenta con un patio interno.
Algunos —esta vez no daré nombres— alegan por la opulenta decisión de Boric de arrendar una vivienda de ese calibre cuando siempre él pregonó, en su campaña presidencial, que su vida sería austera, casi sanfranciscana.
O sea, me pregunto, tontamente quizá, que en Chile se vive ¿bien aquí y mal allá? ¿Tanta diferencia hay entre vivir en el centro de Santiago con habitar alguna casa en una comuna más popular?
¿Qué tiene de suntuoso residir en el barrio Yungay?
Se prevé que a Boric le van a contar hasta los pasos que dé; que la derecha —válidamente— no solo hará uso de su posición de adversario político, sino que además serán “sabuesos”.
“Lo mismo hicieron con Piñera”, dirán algunos opositores de la izquierda (porque siempre será así, en el mundo existe los de ese lado y los del otro); “A Piñera no lo dejaron gobernar”, insistirán en los café del barrio alto.
Es momento de elevar el debate y dejar atrás el “cosismo político”.
Nuestro país no da más. Desde el 18 de octubre de 2019, con el Estallido Social, los chilenos hemos sufrido. Tal cual. Hemos sufrido. Sumado a este hecho traumático, tuvimos que enfrentar una pandemia que, por primera vez en la historia del mundo, obligó a encerrar a sanos y enfermos.
Y termino con esta pregunta: ¿alguna vez a la derecha les preocupó donde vivía el dictador Augusto Pinochet?, ¿aquel Bunker-Palacio de seis mil metros edificados con un parque, de 74.000 metros cuadrados, ubicado en Lo Curro, y que sería supuestamente la Casa de los Presidentes, pero que finalmente fue traspasada al Ejército?
No.
(Foto principal: Jonnathan Oyarzún / Aton Chile)