Por José Miguel Infante Sazo
Director carrera de Periodismo UCEN
La Aurora de Chile siempre invita a la reflexión, en especial, cuando estamos frente a un debate público que augura cambios profundos en la sociedad. El primer periódico chileno nació en tiempos convulsionados, a menos de dos años de la primera Junta Nacional de Gobierno de 1810 y bajo el lema de “Viva la Unión, la Patria y el Rey”. Así, en medio del fervor ciudadano y con la pluma apasionada de Fray Camilo Henríquez que usaba el seudónimo de Quirino Lemáchez, el 12 de febrero de 1812 se publicó el prospecto o número de prueba y al día siguiente salió su primera edición. De ambas expresiones de los albores de nuestro país, la idea de unión resuena con fuerza y, aún con mayor vigor, al decir de La Aurora “la voz de la razón”.
Aunque han pasado 210 años de su nacimiento, hoy en medio del debate constituyente es atendible una relectura para comprender cómo se ha forjado Chile como nación y revisar aquellos principios que dieron vida al periodismo chileno y han dado sustento a la libertad de expresión.
En estos tiempos de redes sociales, de fake news o noticias faltas es bueno mirar, además, como el mundo ha avanzado en materia de libertades de opinión y de expresión. Por ejemplo, en la Declaración de los Derechos Humanos de Naciones (1948), de la mano de una mujer de fuste como Eleanor Roosevelt; del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966); y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, también conocida como Pacto de San José (1969).
La voz de La Aurora resuena con energía en estos dos siglos. Por ello, es de esperar que sus palabras sirvan de aliciente para seguir construyendo con esperanza un Chile mejor para todos.