Luis Soto Pérez, dirigente social y activista liguano no esperaba que una celebración en mayo de 2021 lo iba a tener varios meses hospitalizado, con ventilación asistida e incluso en coma inducido debido al COVID.
Su llegada al Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar la ha reconstruido con lo que dicen sus familiares y amigos: “Tengo borrado prácticamente mi ingreso. No tengo memoria. Lo único que recuerdo es lo que me han contado, que llegué a fines de mayo y desperté el 2 de julio de un coma inducido. Y después estuve con respiración mecánica durante un mes y medio, con una infección a los pulmones, lo cual me complicó bastante, pero salimos adelante”.
Luis Soto estuvo internado en la Unidad de Paciente Crítico Pediátrica, que implementó cupos de atención para pacientes adultos. “La verdad es que estuve muy, muy mal. Hubo un momento en que me dieron ganas de tirar la esponja, pero ya después con toda la fuerza que uno tiene y que ha tenido durante todo este tiempo, a seguir para adelante no más, porque la vida todavía es larga, y además es bella”, afirma convencido.
Rehabilitación integral
Así fue como recién en agosto pudo dejar el establecimiento, solo para reingresar al Hospital Geriátrico La Paz de la Tarde, donde inició una larga rehabilitación que aún continúa, como él mismo lo cuenta: “No sabía caminar, estaba hablando recién, porque mientras tuve la traqueotomía, sin hablar. Bueno, y aprender todo, si no podía comer sólo. Tenía problemas. Bajé 30 kilos de peso. Entonces no tenía posibilidades de moverme mucho. Pero con ese tratamiento de La Paz de la Tarde, pude caminar, primero con un burrito, después con un bastón, y ya después prácticamente solo, hasta el 16 de septiembre, que me dan el alta, y pude caminar sin ningún problema. Sin embargo, estoy viniendo a los controles acá (al Hospital Fricke), dos veces a la semana, con bastante ejercicio. Me voy cansado, pero bueno, es necesario porque tengo que ayudar a mis pulmones, que es lo que me quedó más afectado. También tengo algunas afectaciones, como por ejemplo, pérdida un poco de la audición. En realidad estoy bien. Para lo que tuve, estoy bien”, añade con entusiasmo pero con una tos seca que todavía no lo deja.
Arriba de las máquinas de ejercicios en la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Fricke, Soto releva que nunca se imaginó en un hospital público. “Mira, la verdad es que para mí es todo nuevo. Yo quiero recalcar la atención de donde yo estuve, en la UCI pediátrica, la atención es algo para mí realmente sorprendente, porque uno siempre se hace una visión de un hospital público, y la verdad es que las kinesiólogas, las enfermeras, las ayudantes, o sea, un 7. Yo tengo que hacerles un monumento, la verdad que sí”, señala.
Vacunación como base del autocuidado
Reconoce que no se puso ninguna vacuna, pero que después de lo vivido comenzó su proceso de inmunización y está dispuesto a compartir su testimonio: “Cuando me enfrento a una persona que no se ha vacunado, le digo, yo respeto tu decisión pero te voy a contar mi experiencia. Y mi experiencia no es para repetirla. Yo no se la doy a nadie. O sea, si cada cual es lo suficientemente adulto, lo suficientemente responsable como para hacerse responsable de sí mismo, y para hacerse responsable además de todo lo que lo rodea a uno. Entonces hay que cuidarse. Saber protegerse y tratar de evitar el contagio”.
Sobre el caso de don Luis y de muchos pacientes no vacunados que ingresan con afecciones graves por COVID, el Dr. Marcos Huilcamán, Jefe Unidad de Paciente Crítico Adulto comenta que “el gran hito de la pandemia y una cosa que nos ha diferenciado como país, es el gran proceso de vacunación que se ha hecho en forma interna. Y al día de hoy uno nota mucha diferencia entre el paciente que está vacunado, con covid, versus el no vacunado. El vacunado con covid tiene un curso más benigno, un curso más corto, el paciente sale más rápido de la unidad. El paciente que no está vacunado, lamentablemente la probabilidad de fallecimiento es tremendamente alta. Qué es lo que yo les recomiendo a todos, ojalá en la medida de lo posible, a aquellos que no han sido vacunados, que inicien su proceso de vacunación, y que los que están parcialmente vacunados, la terminen porque es una de las cosas que ha demostrado más beneficios”.
El Dr. Carlos Smok, jefe del Servicio de Medicina, agrega que si bien el porcentaje de población hospitalizada grave es menor que hace unos meses, debemos aprender las lecciones de la pandemia: “Hubo muchas cosas que no sabíamos en el momento y muchas cosas que tuvimos que cambiar. Pero lo que sí sabemos todos y no tenemos ninguna duda es que la principal defensa contra la enfermedad grave es la vacuna. Y que los argumentos en contra de la vacuna no son atendibles. Si queremos hablar en serio de esto, lo primero es vacúnate. Lo segundo, mantén la mascarilla; tercero, mantén la distancia. Yo diría que no son muchos más los mensajes. Pero esos tres, van en serio. Si lo hacemos bien, podemos sobrevivir, y salir adelante, podemos mantener los hospitales funcionando y podemos evitarnos a nosotros o a nuestras familias, este drama”.