Por Mirian Mondaca Herrera
Algo ampliamente esperado por activistas socioambientales del país, figuras públicas y del espectro político, ocurrió esta mañana: la firma para adherir al Acuerdo de Escazú por parte del Gobierno de Chile.
En específico, hoy el Presidente Gabriel Boric puso su rúbrica en un proyecto de acuerdo para firmar la adhesión al Tratado de Escazú, luego de años de negativas por parte del Gobierno anterior.
El Acuerdo o Tratado de Escazú es un documento elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), una agencia de la Organización de las Naciones Unidas, y que hasta ahora ha sido firmado por 24 países, de los cuales 12 lo ratificaron. Hasta ahora Chile aparecía como Estado negociador no firmante.
Tras estampar su firma hoy, Gabriel Boric expresó: «Nos hemos demorado más de la cuenta en firmar este acuerdo, cuya negociación partió y fue coliderada por Chile y por Costa Rica y, sin embargo, en el último tiempo, por diferentes motivos, no avanzaba. Hoy enmendamos el rumbo y por eso quiero invitar al Congreso y a sus representantes y los insto a que en sus diferentes Cámaras para que aprobemos esto con rapidez, porque la vida no puede esperar».
De acuerdo a lo que se indica en el sitio web de la Cepal, el objetivo del tratado es «garantizar la implementación plena y efectiva en América Latina y el Caribe de los derechos de acceso a la información ambiental, participación pública en los procesos de toma de decisiones ambientales y acceso a la justicia en asuntos ambientales».
El tratado establece «la creación y el fortalecimiento de las capacidades y la cooperación, contribuyendo a la protección del derecho de cada persona, de las generaciones presentes y futuras, a vivir en un medio ambiente sano y al desarrollo sostenible».
Este acuerdo es inédito a nivel mundial ya que, además, en su artículo 9 establece que cada firmante garantizará un entorno seguro y propicio en el que las personas, grupos y organizaciones que promueven y defienden los Derechos Humanos en asuntos ambientales puedan actuar sin amenazas, restricciones e inseguridad.
(Foto: captura)