Con la esperanza de que la ciencia sea escuchada y que las decisiones respecto a los cambios de horarios —de invierno y primavera— se tomen con la evidencia médica y biológica disponible, el doctor John Ewer, investigador del Centro Interdisciplinario de Neurociencias de la Universidad de Valparaíso (CINV), referente en el área del estudio de los relojes biológicos, nuevamente hace un llamado a reevaluar la medida.
Cabe recordar que este 2 de abril los relojes deberán —una vez más— ajustar sus manecillas para comenzar el horario de invierno. Es decir, a las doce de la noche de este sábado se debe retrasar el reloj en 60 minutos, hasta marcar las 23:00 horas.
Al respecto, afirma el investigador: “El cambio de hora que se viene en realidad es muy bueno, porque vamos a poder dormir una hora más”.
John Ewer aclara que el cambio de horario de la primavera es el más cuestionado desde el punto de vista de la evidencia científica, porque el déficit de sueño crónico afecta el desempeño, genera más accidentes, las personas están menos concentradas y aprenden menos. También tiene un efecto agudo en los ataques de corazón los primeros días después del cambio de hora. Aunque repara que si bien es un aumento menor de casos, la situación es completamente evitable. A esto se suma mayor irritabilidad, se incrementa el riesgo de obesidad, diabetes y se afecta el sistema inmune, lo que en tiempos de pandemia cobra más relevancia.
Pero ¿por qué es tan importante dormir?: “La verdad es que no sabemos muy bien por qué exactamente dormimos, pero todos los animales duermen y si no duermen mueren, más o menos, en el mismo número de días que lo harían al no ingerir comida. Entonces claramente dormir es vital, es esencial, para la vida de los animales”, asegura el científico.
El investigador también advierte dos aristas a considerar respecto a la toma de decisiones de los cambios de horario: por un lado, existe evidencia de que el horario de verano incide negativamente en el déficit de sueño que tienen las personas, incluso incrementándolo. Y por otro, los cambios de horario en sí son malos por sus perjudiciales efectos en la salud de las personas.
Asimismo, el doctor Ewer propone eliminar los cambios de hora y optar por el horario en el cual el sol se levanta lo más cerca posible de la hora en que las personas tienen que despertar normalmente, por razones laborales o porque tienen que ir al colegio o la universidad. En nuestro caso, el llamado “horario de invierno” sería el más idóneo para alcanzar el objetivo.
El doctor Ewer no pierde la esperanza de que se tome la decisión de tener el horario que realmente nos corresponda, que sería el de Perú, es decir dos horas menos que Chile. “Ojalá pudiéramos tener el horario que realmente nos corresponde, que es el de Perú, y quedarnos con él para siempre. Espero que este sea el último cambio que hagamos y algún día quizás nos pongamos de acuerdo en el horario que realmente nos corresponde, pero sin duda eliminar los cambios y quedarse con el horario de invierno sería preferible a la situación que tenemos ahora”, opina.
Menor déficit de sueño
Siguiendo las palabras del doctor Ewer, el efecto práctico de la medida en este nuevo cambio de hora es que amanecerá una hora más temprano, lo que provocará que nos despertemos con un déficit de sueño de una hora menos respecto a lo que teníamos el día anterior.
“Eso va ir acortándose a medida que nos acercamos al invierno, porque cada día el sol se levanta un poco más tarde. Aun así, es un cambio positivo. Por ejemplo, en Estados Unidos el Senado acaba de votar por mantener el horario de verano; lo bueno es que eliminaron los cambios de horario, pero lo malo es que se quedaron con la peor de las dos opciones, que por lo demás es lo mismo que hizo Punta Arenas hace algunos años”, señala.
Tal como explica el doctor Ewer, si bien los adultos, así como el comercio en general, prefieren extender la tarde con más luz de día, el problema es que la población más impactada por los cambios de horario son los niños, niñas y adolescentes: “Ambos grupos presentan el mayor déficit de sueño cuando el sol se levanta más tarde, que es lo que ocurre cuando se elige el horario de verano de forma permanente”.
El problema con el horario adoptado en Punta Arenas, según el doctor Ewer, es que “en invierno, en el mes de junio, por ejemplo, el sol se levanta a las diez de la mañana. Entonces, los niños que normalmente se despiertan tarde, se van a despertar más tarde aún con este horario, y van a terminar con un déficit de sueño de tres, cuatro o cinco horas. Y si uno lo piensa es muy malo para el aprendizaje y el desempeño”, advierte.
John Ewer afirma que los países están decidiendo, pero no basados en la evidencia biológica y médica, porque los colegios médicos ya se han pronunciado al respecto; esas decisiones sólo responderían a un interés económico más que de ahorro energético, como se apeló para justificar la extensión de la implementación de la medida en nuestro país.
“Sería una pena que Chile eligiera el horario de verano en forma permanente. Ojalá que se elija lo que llamamos el horario de invierno. Espero que este gobierno, que prometió poner más énfasis e importancia a la ciencia, se fije en la evidencia médica y biológica y se quede con el horario de invierno de manera permanente”, concluye.
(Foto principal: cronicaglobal.elespanol.com)