«Hace unos días viví un episodio horrible, y lo escribo para dejar constancia pública y que nadie tenga que pasar por esto», parte Cherie Galaz, mujer que solicitó un vehículo por medio de la aplicación de movilidad Uber para trasladarse a su casa «de manera segura».
Lo que debía ser un viaje de rutina para ella terminó en una pesadilla: «La semana pasada pedí un auto por la aplicación Uber a las 20.30 horas para trasladarme de manera segura. Al llegar, doy cuenta que la patente del vehículo coincidía con lo que indicaba la App, al igual que la cara del conductor».
Continúa: «Cuando subí al vehículo, el conductor pidió apagar la App para pagarle directamente a él, cosa a la cual me negué por seguridad. Esto le enojó».
El desplazamiento empezó a inquietar a Cherie: «Al seguir el viaje comenzó a escuchar música muy alta y a mandar audios con el teléfono en la mano. Como se veía acelerado, no dije nada. Sin embargo, le pedí que se fuera por el troncal urbano, pero este tomó el Troncal Sur. Después comenzó a gritarme improperios de alto calibre, junto con movimientos de manos acelerados. Le pedí por favor que bajara la velocidad, ya que seguía conduciendo rápido, y eso le molestó aún más».
«Lenguaje soez»
La protagonista de esta historia afirma que el conductor «se fue por el camino internacional, y le indiqué que, por favor, volviera al troncal porque me bajaría en 1 Norte (Viña del Mar). Él realizo una maniobra extraña para devolverse, violando toda ley del tránsito, y gritaba que no bajaría (ahí), que tenia una pistola y me llevaría a otro lugar, donde sus amigos, y que entre ellos me violarían (todo esto en un lenguaje soez). Me cerró la puerta del auto para que no me bajara».
«Yo asustada —sostiene— le envío la ubicación a una amiga, y le seguía insistiendo que por favor me dejara bajar. Se saltó rojas para que yo no bajara, ya que él se dio cuenta que intentaba abrir la puerta. Finalmente le tocó una roja y quedó atrás de un auto que le imposibilitó el paso, y fue ahí donde abrí la ventana y bajé corriendo a pedir ayuda».
Finalmente, narró Cherie, «él voló y, gracias a Dios, no lo volví a ver. Luego de eso unos amigos pudieron ir a buscarme».
La víctima comenta que «notifiqué esto a Uber y la aplicación dijo que lo sacarían de ruta, sin embargo que no ensuciara el nombre de la App por la desconfianza que pudiera generar (…) Debo dejar constancia de que el conductor iba totalmente drogado y que todo esta información ya está en Fiscalía».
La Región Hoy se contactó con Cherie y ella está esmerada en hacer justicia para que «esto no le pase a otra mujer».
Añadió que «si yo no hubiese estado tranquila, con nervios de acero, no me hubiese salvado».
Llamamos a Uber y la empresa quedó en responder mañana.
Cabe consignar que el conductor está identificado.