«En el resultado siempre queremos evitar salir derrotados, pero estamos buscando el inicio del proceso y que haya rotación”, expresó el nuevo entrenador de la Selección Chilena, Eduardo Berizzo, tras el encuentro que La Roja perdió, por dos goles a cero, con la escuadra tunecina, en el campeonato que se juega en Japón, en el Parque Misaki de Kobe.
“Todo el mundo está en observación, todo el mundo que vino aquí pelea por un espacio, podemos sacar conclusiones muy importantes de los tres partidos que estamos jugando”, sostuvo el Toto, buscando una justificación para lograr entender lo que los madrugadores chilenos vieron por televisión: un deslucido partido, similar al que se trasmitió el pasado lunes contra Corea del Sur, y con el mismo resultado: 2-0.
“El partido cambia entre el primer y segundo tiempo. En el primero no tuvimos frescura para presionar correctamente, no estuvimos bien físicamente por el esfuerzo del otro día”, cerró Berizzo.
Lo concreto es que Chile no está jugando a nada. Es más, jugadores que se lucen en sus equipos, en La Roja muestran poco o nada, como es el caso de Paulo Díaz: en River Plate es el principal defensa central y Marcelo Gallardo, el DT, lo considera «irremplazable» en el área defensiva. Sin embargo, en la oncena nacional le ha costado ordenarse con sus laterales y mediocampistas, sucumbiendo a delanteros más veloces, como ocurrió con Corea del Sur y Túnez.
Cabe notar que al minuto 90+1, Diego Valencia marró un penal.
El próximo martes la selección nacional se medirá con Ghana, por el tercer y cuarto lugar del Torneo Kirín; la hora está por definirse.
Los goles de Túnez fueron de: Ali Abdi (minuto 41) e Issam Jabalí (89).
Berrizo dispuso en la cancha, desde el primer minuto de juego, un 4-3-3 con: Zacarías López; Jeyson Rojas, Francisco Sierralta, Paulo Díaz y Eugenio Mena; Pablo Galdames, Gary Medel y Felipe Méndez; Joaquín Montecinos, Ronnie Fernández y Ben Brereton Díaz.
Fotografías: Getty Images.