Esval reiteró su llamado a un consumo responsable del agua, en medio de una de las sequías más profundas de la historia, que ya suma más de 13 años con parámetros bajo lo normal en caudales de ríos, lluvia y nieve. A la fecha, 37 de las 38 comunas de la región están bajo decreto de escasez hídrica.
“En el Día de la lucha contra la Desertificación y la Sequía, queremos recordar que la Región de Valparaíso cambió: estamos administrando la escasez y ello obliga a todos los usuarios de agua a adaptarnos a un nuevo escenario. Consumo urbano no es igual a consumo humano, por eso, todos tenemos que hacer un esfuerzo real en cambiar hábitos: desde tomar duchas más cortas, hasta cambiar nuestros jardines con especies de menor demanda hídrica”, dijo el gerente regional de Esval, Alejandro Salas.
El ejecutivo agregó que el esfuerzo de la sanitaria está no sólo en mantener la continuidad del suministro de agua potable en la Región de Valparaíso, sino en realizar el consumo más eficiente posible de la poca agua que hay.
“Muestra de ello es que, aunque han aumentado año a año los hogares a los que abastecemos, nuestra demanda de agua se ha mantenido sin cambios desde 2016. Esto, gracias a mejoras operacionales, inversiones y un intensivo plan de disminución de pérdidas (agua no facturada), focalizado en las zonas con mayor déficit hídrico y, a pesar del gran incremento de campamentos en la región, que consumen agua de nuestras redes de manera irregular”, dijo Salas.
Desde 2011, Esval ha destinado más de $ 126.000 millones en gasto e inversión para enfrentar la sequía, robusteciendo sus sistemas, buscando nuevas fuentes y aumentando su eficiencia. “Sin estos recursos, desde 2017 ya tendríamos racionamientos en el Gran Valparaíso y otras comunas”, agregó el ejecutivo.
Principales iniciativas
Dentro de las acciones desarrolladas por la sanitaria, está la ejecución de un plan especial de obras para mantener la continuidad del suministro de agua potable; la construcción y puesta en marcha de la conducción reversible Los Aromos-Concón; la compra de más de 5 mil millones de litros de agua en aljibes, para llevar a los sistemas de producción durante los últimos años; y la habilitación de 60 nuevos pozos (aumentando en un 20 % el uso de fuentes subterráneas).
A ello se suma la interconexión de 13 sistemas de Agua Potable Rural para reforzar su abastecimiento, apoyando a más de 15 mil personas en la región; la adquisición del Tranque La Luz para sostener la demanda de Placilla de Peñuelas; y un plan especial de pérdidas de agua potable en las zonas más afectadas por la sequía.