Por José Ossandón
Lo dijo tal cual en una entrevista con el canal TNT: «Me quedaría aquí toda la vida». Con la cara llena de risa, mientras sus compañeros lo esperaban para abrazarlo.
Pablo Solari, el Pibe, quien llegó a Colo Colo con 18 años, cuando el equipo popular estaba pendiendo como loro en el alambre en los últimos lugares del torneo nacional del año pasado.
Solari se convirtió en la estrella de los albos, muchos hinchas se sorprendieron con el talento del venido de Talleres de Córdova. Algunos lo compararon con el gran Marcelo Barticiotto, por su rapidez, guapura, su dribling y su desparpajo para pasarse a defensas de clubes que se empinaban en la punta del campeonato nacional.
Ahora tiene 21 años el Pibe.
Aún muestra algunas de esas cosas con las que llegó al Monumental, pero la verdad es que el argentino se fue desinflando. Faltó que llegara el América de México con un bolso lleno de dólares para que el cabro comenzará a soltar el aire.
En el partido con Fortaleza, en Copa Libertadores 2022, allá en Brasil, Solari mostró chispas del alto fuego que exhibió el año pasado, cuando los hinchas del Albo le gritaban «¡Pibe!, ¡Pibe!». Pero se volvió a desinflar.
«Es cabro, hay que esperarlo», decían algunos comentaristas deportivos.
A Solari se le quitaron las ganas de brillar con la camiseta blanca. El América de México volvió a negociar por él y al Pibe le volvió el alma al cuerpo. De hecho se despidió de sus compañeros. Pero Blanco y Negro dijo no.
El Pibecito anda amurrado. Se quiere ir. Le cortaron las alas a este jugador que quería volar al Nido de las Águilas.
Es un nuevo rehén argentino. Como varios. ¿Se acuerdan de Sampaoli?
Está bueno ya de soportar a estos deportistas que vienen a Chile a robar… nos el corazón. Que se vayan y no tapen a un montón de niños y jóvenes chilenos que pide cancha y que es capaz de quebrarse las rodillas por llevar a su equipo a lo más alto del fútbol nacional.
Como lo dijo hoy el gran Cóndor Rojas: «Yo creo que si él (Pablo Solari) ya no tiene ninguna amabilidad de jugar por el club, deben liberarlo y venderlo. No puedes tener a un jugador que no quiera jugar, eso es básico (…) No es Caszely ni Zamorano para no dejarlo ir».
Corta.
Fotografía: colocolo.cl.