Por María Paola Olguín
Concejala de Quilpué
A raíz de la propuesta de Ordenanza que autorizará al comercio ambulante a establecerse en el Bien Nacional de Uso Público de la comuna, y que será destinado a personas que vivan en Quilpué donde se les dará prioridad a mujeres jefas de hogar, adultos mayores y titulares del permiso con discapacidad o que tengan entre su grupo familiar a alguien en situación de discapacidad o dependencia, explico:
Existen muchas variables que no se han abordado, por esta nueva administración del Municipio Abierto de Quilpué, como, por ejemplo, en las condiciones laborales de los comerciantes ambulantes, en cuanto a las dificultades al acceso de servicios básicos, baños públicos, un lugar digno al momento de almorzar, un sistema de retiro de basura, largas jornadas laborales, entre otros.
Condiciones que no cumplen con los requisitos mínimos para trabajar, para mí estas son condiciones inaceptables para las personas que ejercen el comercio informal, personas que merecen una solución digna y estable. A través de la confección de una política pública a nivel nacional, que contemple esta problemática, presente en nuestra comuna.
Por lo antes señalado, es de mi preocupación elaborar un proyecto inclusivo que proteja los derechos de los peatones, de los comerciantes establecidos y de las personas que ejercen el comercio informal. Por ello, propongo que, a nivel local, una alternativa, es que el comercio informal sea agrupado en un terreno municipal que es patrimonio de nuestra comuna; la “Feria Municipal de El Belloto”, terreno que fue adquirido por el municipio hace algunos años, por un total de 1300 millones, donde se pagó una cuota inicial por 700 millones y que actualmente se continúa pagando con los ingresos de los parquímetros.
La Feria Municipal de El Belloto, cuenta con baños públicos prácticamente nuevos y en condiciones óptimas para ser utilizados por los usuarios, obtenidos por la administración anterior, con el objetivo de brindar condiciones sanitarias dignas para los locatarios de la feria y también para los compradores de sus productos. Además, en cuanto a la seguridad el recinto cuenta con cámaras de televigilancia para proporcionar mayor seguridad. Por supuesto deben realizarse algunos cambios para sean utilizadas de manera óptima.
Para llevar a cabo esta alternativa, es relevante considerar un trabajo de inserción y adherencias a las normas financieras que significa ser un comerciante establecido.
En la Feria Municipal de El Belloto es posible agrupar desde 700 a 1.000 puestos de trabajo, cuyos días de funcionamiento podrían ser los días lunes, martes, viernes y domingo. Días disponibles que no perjudicara a los locatarios ya establecidos desde un inicio de la implementación de la feria municipal.
El municipio debe implementar una política comunal de desarrollo económico, postular a proyectos de FOSIS y SERCOTEC para mejorar y hermosear la feria. Que nuestra Feria Municipal Patrimonio de nuestra comuna se transforme en un Polo de Desarrollo Económico.
Por otra parte es importante tener presente que el comercio ambulante es una amenaza al orden público y una competencia desleal hacia los negocios formales. Junto con esto, hay que considerar la pérdida fiscal asociada, dado los enormes montos que se transan sin ningún tipo de pago de impuestos y los riesgos para el consumidor al adquirir productos de dudosa procedencia; en muchos casos perjudiciales para la salud y sin ningún tipo de garantías.
Y siendo un punto de gran relevancia, estudios del año 2018 del Fondo Nacional de Seguridad Pública indican que existe una alta correlación entre delitos y victimización del comercio y la existencia de comercio ambulante a su alrededor, siendo éste entonces un factor que afecta la seguridad ciudadana.
El comercio ambulante hace más vulnerable el entorno donde está establecido y tanto comerciantes como residentes sufren las consecuencias de estas redes.
Con los altos índices delictuales que actualmente tiene nuestra comuna, es nuestra obligación como servidores públicos realizar todas aquellas acciones que tiendan a bajar la incidencia de delitos y victimización más que buscar subir dichos índices.
Es cosa de hacer un ejercicio fácil y rápido: si tengo las tres cuartas partes de la vereda ocupada por comercio ambulante, la probabilidad de ser víctima de un robo por sorpresa (carterazo) es mucho más alta y más difícil defenderse ante este ataque.
El contrabando y la piratería son los grandes proveedores de este tipo de “comercios”, los cuales han aumentado significativamente en los últimos años.
En este sentido, este año, en febrero, se dictó la ley 21.426 que sanciona una serie de conductas que atenta a la propiedad industrial, intelectual así como también estableció la figura de la asociación ilícita.
Hay que parar el comercio ilegal.
La venta de productos falsificados o piratas, o de cualquier mercadería que vulnere la propiedad intelectual o industrial, afecta directamente a los comerciantes o fabricantes de los productos que cumplen con la legislación vigente, generando competencia desleal e des formalizando la economía.
Además, perjudica a los compradores de tales productos, ya que muchas veces traen consigo riesgos para la salud y seguridad.
Una dificultad adicional a la mencionada, constituye la organización que poseen quienes ejercen este tipo de comercio, los que actúan mediante redes en que el jefe de la operación coordina los procesos de distribución de los productos hasta llegar al comerciante ambulante, quien, a su vez, vende al público en general.