El Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello dio a conocer el estudio “¿Qué pasará con las listas de espera de los beneficiarios del FONASA y del nuevo Sistema Nacional de Salud?”. Este evidenció que “con 315.944 personas en listas de espera en intervenciones quirúrgicas no GES, se estima un crecimiento potencial entre el 9,4 % y el 71,7 % cuando las ISAPRES desaparezcan si se mantiene la actual demanda de estos afiliados, manteniendo la Modalidad de Libre Elección para los ex- beneficiarios de ISAPRES”.
Respecto del actual sistema, el estudio constató que entre 2016 y 2021, a pesar de que el presupuesto público aumentó en un 40,3 %, las listas de espera no GES han empeorado, particularmente en las regiones, con un aumento absoluto de 405.449 consultas nuevas en espera; y en el caso de listas de espera de cirugías, un aumento absoluto de 44.896 cirugías en espera.
Se trata del tercer informe de Políticas Públicas en Salud que el Instituto de Salud Pública UNAB está realizando este año 2022 para medir el impacto de las reformas anunciadas por el Gobierno y la propuesta de nueva Constitución en diversos actores del sector.
Modalidad
Esta vez, se analizó lo que ocurriría con las listas de espera de pacientes Fonasa. “Se consideraron solo dos escenarios, por el cambio de discurso del Director de Fonasa, que ahora plantea que no se eliminará la Modalidad de Libre Elección”, explica el texto editado por el Director del ISP Unab Hector Sanchez y el académico Manuel Inostroza.
“En el escenario 1 en que, para el caso de las consultas médicas de especialidad, habíamos definido que en un 100 % se realizarían a través de la Modalidad de Libre Elección de Fonasa, la estimación del impacto presupuestario sería de $100.619 millones adicionales de gasto, que equivalen al 68,1 % del aporte Fonasa MLE en consultas médicas de todo el año 2021. En todo caso, este mayor gasto se podría financiar con la parte de los 7% de cotizaciones de los ex–beneficiarios de ISAPRES que se trasladen al FUS, aunque de no mediar mejoras en la cobertura financiera de la MLE respecto de un alto porcentaje de los planes de Isapre, se estaría incumpliendo lo señalado por el director de FONASA: “queremos mejorar las condiciones de FONASA, pero sin desmejorar a ninguna persona que está en ISAPREs”, acota el estudio.
Agrega que respecto del aumento de la demanda de listas de espera de cirugías no GES en la Modalidad de Atención Institucional provenientes de los ex-beneficiarios de isapres, se analizaron 3 alternativas:
1. En la primera, se utilizó la relación de la lista de espera no GES por beneficiario Fonasa por regiones al 31 diciembre del 2021. Dicha relación se estableció que a nivel nacional es de 0,02 listas de espera de cirugías por beneficiario Fonasa. En esta alternativa, se estimó un efecto potencial en las listas de espera de cirugías no GES de 29.824 intervenciones adicionales no realizadas, que haría aumentar a 345.768 las listas de espera, lo que representa un crecimiento del 9,4%.
2. En la segunda, se calculó la tasa de utilización de intervenciones quirúrgicas por beneficiario, de los ex isapre y de los Fonasa en la Modalidad de Atención Institucional. Se determinó que los primeros deberían disminuir su utilización de cirugías al 48,1% por persona al ser beneficiario del Fonasa (ajustándose a los niveles actuales de los afiliados a FONASA) y al utilizar la Modalidad de Atención Institucional con las actuales restricciones . En esta alternativa se estimó un efecto potencial en las listas de espera de cirugías no GES de 108.851 intervenciones adicionales no realizadas, que haría aumentar a 424.795 las listas de espera, lo que representa un crecimiento del 34,5%.
3. En la tercera alternativa, se asumió que el efecto potencial en las listas de espera de cirugías no GES es 226.398, las cuales serían todas las intervenciones que demandarían los ex beneficiarios de isapres de acuerdo a sus requerimientos, lo que haría aumentar las listas de espera en un 71,7% respecto de las actuales.
Entre sus conclusiones se indica que “para la población cautiva de las Isapres y aquéllos que no puedan acceder a seguros complementarios (entre 1.2 y 1,7 millones de personas), la situación se desmejora en forma importante ya que una parte importante de ellos al pasar con sus problemas crónicos de salud al FUS, pasarán a engrosar las actuales listas de espera de los actuales beneficiarios de FONASA, por un mayor desajuste entre la oferta y demanda de servicios de salud del sistema público”.
“Por otro lado, es posible prever un mayor gasto fiscal para ajustar el diferencial que se produzca entre los recursos frescos que se generen en el traspaso al FUS de los beneficiarios de Isapre versus los crecimientos de demanda que deberán absorberse provenientes de esta población, con los actuales niveles de productividad (…) De no mediar reformas profundas previas a estos cambios anunciados, es posible prever un incremento de las listas de espera y por otro lado de los períodos de espera para todos los beneficiarios del FUS, los actuales beneficiarios de FONASA y los ex beneficiarios de ISAPRE; este es quizá uno de los problemas más importantes que los legisladores y la autoridad deberán tener presente al momento de aprobar una reforma como la propuesta”, señala.
Además, se indica que “en un aspecto tan sensible para la ciudadanía como las listas de espera, resulta imprescindible insistir que una reforma de salud requiere de una muy bien diseñada transición, que considere no sólo la variable tiempo, si no que metas e indicadores”.
Otras conclusiones
– La lista de espera para consultas nuevas de especialidad entre los años 2016 y 2021 creció un 27,5 % y el tiempo de espera subió de 291 a 506 días, un 74 %. En el caso de la lista de espera de cirugías para el mismo período, creció en un 19,5 % y el tiempo de espera subió de 393 a 597 días, un 52 %. Y en el caso de las GES, creció un 428,6 %, y el tiempo de espera aumento de 108 a 155 días, ósea un 44 %. Cabe señalar que entre el 2020 y 2021 influyó en este crecimiento de pandemia, pero la curva de crecimiento de las las listas de espera venía sistemáticamente creciendo hasta 2019.
– Entre los años 2016 y 2021 las listas de espera no GES particularmente han empeorado en las regiones, pasando en consultas nuevas de especialidad de ser el 59,3 % al 66,7 % del total, con un aumento absoluto de 405.449 consultas nuevas en espera; en el caso de listas de espera de cirugías, del 74 % al 76,2 % del total, con un aumento absoluto de 44.896 cirugías en espera.
– En el caso de la lista de espera GES, si bien entre los años 2016 y 2021 esta ha subido en un 428,6 %, su importancia relativa al número total de casos GES atendidos osciló entre un 0,2 % y un 2,7 %, es decir, se mantienen niveles de cumplimiento de las garantías entre un 99,8 % y un 97,3 %. Por consiguiente, su impacto es más bien un efecto de arrastre de los problemas de producción y eficiencia asistencial que ha tenido el sistema público de salud, para prestaciones garantizadas por ley y que por ende no deberían tener listas de espera. Lo más grave se da en casos GES que por el tipo de patología con mayor razón no deberían tener espera (Cáncer de Mama, Cáncer Cervicouterino y Artrosis de Cadera).