Por José Ossandón
El gran comendiante argentino Jorge Alis patentó una frase que muchos, especialmente, chilenos usamos, que ahora nos causa risa pero de seguro a muchos les genera úlceras: pensar algo que queremos decir y terminamos tragándonos el veneno.
«No lo dije, lo pensé» dispara uno de los mejores exponentes del stand up comedy de nuestro país.
Últimamente esto nos está pasando en Chile, en el último tiempo hay varios personeros políticos que prefieren lanzar sus pensamientos caras de palo. Dirán: ¿y cuál es el problema? Ninguno, pero es necesario que cuando lanzas la piedra no escondas la mano.
Claramente la diputada comunista Karol Cariola dijo que marcarían las casas con el Apruebo y que al menos sería un par de millones de hogares.
Ahora dice que nada que ver, que no dijo eso.
Ayer la diputada de RN, Ximena Ossandón, durante la interpelación a la ministra de Salud, María Begoña Yarza, llamó a cuidar a esos «queridos locos», refiriéndose a las personas con enfermedades mentales.
La ministra del Interior, Izkia Siches, desde la testera de la sala de la Cámara de Diputados dijo que al parecer algunos parlamentarios de la Derecha se «pegaron en la cabeza», en alusión a su «amnesia» de la gestión del ex Presidente Sebastián Piñera en materia de seguridad pública, en especial en la zona macro-sur del país.
Y estas frases no surgen solo de boca de los políticos, hoy la periodista Alejandra Valle dijo que Boric es «traidor» al cuestionar la propuesta constitucional mientras que el abogado y ex miembro de la Convención Constitucional, Daniel Stingo, aseguró, muy suelto de cuerpo (me pegué un cronopio), que las carreteras de Santiago son, prácticamente, la vía donde se desplazan los ricos por ello de las encerronas.
El. mismo Stingo apabulló a los afiliados de las AFP con «Ya no es tu platita».
El escritor Jorge Baradit, cuando asumió como constituyente, propuso que era bueno que sus colegas de la Derecha «sufrieran un poquito», que «ahora les tocaba a ellos».
Se suman más frases que, como perros rabiosos, se les suelta la cadena. Es momento que la clase política mejore las formas al momento de exponer sus visiones, sus puntos de vista, de lo contrario no podemos exigir a la ciudadanía que paremos la violencia. Un Chile que todos los días debe leer, oír y ver cronopios relamidos y enfurecidos.