Por María Teresa Urrutia
Directora Doctorado en Ciencia de Enfermería U. Andrés Bello
El gobierno de los Estados Unidos ya se encuentra en la quinta versión de un programa nacional para el fomento de “Personas Saludables”, y nuestro país cuenta con el programa “Elige Vivir Sano”, orientado a promover hábitos y estilos de vida saludables para mejorar la calidad de vida.
Es sabido que la vida saludable considera una alimentación adecuada (balanceada, baja en azúcar y grasas, entre otras), presencia de actividad física (que sea con una determinada frecuencia, no esporádica), dormir/descansar adecuadamente, eliminación del tabaco y otras drogas, disminución del estrés, entre otras.
Sin embargo, cabe reflexionar sobre ¿cómo cada uno/a de nosotros logra un estilo de vida saludable? Si es algo que todos sabemos que debemos hacer ¿por qué no lo llevamos a cabo?
Si bien el comportamiento en salud depende de muchos factores, las nuevas generaciones (“millenials”, “centenials” y “alfa”) son personas que no dudan en desarrollar su ámbito profesional, pero nos han enseñado a compatibilizar esa vida con la familiar y personal, a planificar viajes a lugares lejanos, a comprar sin perder tiempo en traslados, a cambiarnos de trabajo sin miedo, a emprender y ser “empresarios” de nuestras propias vidas.
Cambiar el estilo de vida va más allá de empezar a comer mejor, descansar y no fumar, es mirarnos y valorarnos.
Las nuevas generaciones, catalogadas como “narcisistas y consentidas” han venido a enseñarnos la importancia de preocuparnos por nosotros y de evitar postergarnos.
Debemos aprender mucho de ellos.