El 26 de agosto de 1942, mediante Decreto Supremo N° 64.817, se crea en Chile la Dirección de Educación Profesional, reconociendo la importancia de esta modalidad educativa para el desarrollo productivo del país.
De hecho, 3 de 4 trabajos demandan a un técnico profesional y aun así el país necesita entre 600.000 a 700.000 técnicos para cubrir la demanda laboral actual.
Áreas como robótica, nanotecnología e inteligencia artificial harán que se necesiten más técnicos profesionales, explica Sira Morán, directora de Admisión de ingreso Directo de la Universidad Federico Santa Maria (USM).
“El ser técnico te da la opción de desarrollar toda la parte práctica y conocer in situ todo el quehacer de una empresa, para luego ir creciendo y desarrollándose en las áreas de interés”, comenta Caren Carmona, secretaria académica de la Sede Viña del Mar de la USM.
A su vez, Enrique Calderón, director del Departamento de Construcción y Prevención de Riesgos de la Sede Concepción de la misma casa de estudios, destaca el crecimiento que supone contar con una carrera técnica a nivel personal y familiar.
“La educación técnica representa un camino para las y los jóvenes del país de crecer y desarrollarse como seres humanos integrales y de valor para la sociedad. Genera también una respuesta a corto plazo para mejorar crecimiento económico personal y familiar, y de contar con la flexibilidad de laborar para quienes deseen continuar con estudios superiores”, dijo.
Actualmente la USM cuenta con diversos convenios de colaboración con establecimientos de enseñanza técnico-profesional, fortaleciendo la articulación hacia la educación superior, y trabajando en mejorar la experiencia educativa de los estudiantes secundarios que optan por la educación técnica. En esa línea, existe también diversidad de formas de ingreso que parten en la educación media accediendo a carreras técnicas universitarias, para luego continuar con ingenierías y postgrados