Como es tradicional, luego de ingresar en la oficina de partes (viernes 30 de septiembre) y darse cuenta en la Sala de la Cámara (lunes 3 de octubre), el proyecto de ley de presupuesto inició efectivamente su tramitación en el Congreso Nacional.
En este contexto, dos hitos son claves: la presentación del estado de la hacienda pública y la entrega del informe de finanzas públicas, ambas ante la Comisión Mixta de Presupuesto, instancia compuesta por trece diputados y trece senadores y que, este año, es presidida por el senador Juan Antonio Coloma.
La primera cita se realizó el lunes pasado y la encabezó el ministro de Hacienda, Mario Marcel. En ella, relató los focos del presupuesto. Ellos están dados en protección social, seguridad ciudadana y reactivación económica. Dentro de los datos destacados especificó que el gasto social se incrementará en 8 % en términos reales.
La autoridad explicó que el proyecto se elaboró sobre la base de la regla de balance estructural. Así, se prevé alcanzar un balance cíclicamente ajustado de -2,1 % del PIB, coherente con una deuda de 38,7 % del PIB al término del año.
“Esto permite una expansión del gasto del Gobierno central de 4,2% real respecto del presupuesto actualizado para 2022. Esta expansión es posible gracias a una base de ingresos fiscales considerablemente mayor en 2022 y la entrada en vigor de los ajustes tributarios para financiar la PGU (Pensión Garantizada Universal)”, describió Marcel.
Análisis y proyecciones
Informó que, luego de la desaceleración prevista para 2022, la actividad económica recuperará una senda de crecimiento durante 2023. Por otra parte, se espera un ajuste del consumo privado de bienes para volver a niveles acordes a sus fundamentales. Ahora, la inversión presentará ajustes más moderados y se apoyará en el Plan Invirtamos en Chile.
Sostuvo que el nivel de los ingresos fiscales previstos para 2022 excede en 27 % lo estimado en la Ley de Presupuestos anterior. Ello refleja un mejor resultado de la Operación Renta y del rendimiento de otros ingresos, así como del impacto de la inflación sobre los ingresos nominales.
El gasto del Gobierno Central experimentará este año una caída de 24,5 % real. Esto reflejará el término de las transferencias masivas del segundo semestre de 2021 y una gestión disciplinada del resto del gasto.
“Todo ello se traduce en un mejoramiento del balance fiscal para 2022 que se proyecta terminará en un superávit de 1,6 % del PIB, cifra que se compara más que favorablemente con el déficit que se estimó en el contexto del presupuesto del presente año, de 2,8 % del PIB”, destacó.
Explicó que estas cifras implicarán pasar de un déficit cíclicamente ajustado de 10,7 % del PIB, en 2021, a un superávit de 0,9 %, en 2022. Dijo que ello constituye una “consolidación fiscal más profunda en comparación con un amplio espectro de países.
Acotó que se espera que la deuda pública se estabilice en, aproximadamente, 41 %, por debajo de su nivel prudente de 45 %. Esto, hacia fines del periodo presidencial. Implicará el ahorro de más de US$ 1.200 millones en intereses.