En Kyiv, la capital ucraniana donde los cortes de luz ya son habituales por los recientes ataques de misiles rusos contra la infraestructura, la retirada de los invasores de Jersón provocó una celebración. En la propia Jersón los soldados fueron recibidos con júbilo por la población.
La noticia de esta importante victoria ucraniana atrajo a multitudes animadas a la icónica plaza Maidan de la capital, blandiendo pancartas y banderas. «El final de la guerra está a la vista», exclamó Valeria mientras bailaba con un grupo de mujeres jóvenes que agitaban un cartel pintado con el amarillo y el azul de Ucrania: «Kherson es Ucrania», según consignó la BBC.
La aparente certeza de que Rusia contraatacará, vengativamente, fue rechazada: “Estaremos listos”. El presidente Zelensky, quien saludó un «día histórico», subrayó que la ciudad «todavía no había sido limpiada por completo de la presencia del enemigo».
Pero las imágenes que circulan por las redes sociales del júbilo de Jérson y el rasgado de las banderas rusas están fortaleciendo la convicción de los ucranianos de que solo puede haber un final para esta guerra: la victoria.