Dos doctores de EE.UU. descubrieron que subirse a montañas rusas serviría no sólo para pasar un buen rato y activar la adrenalina, sino para perder los molestos cálculos renales.
El urólogo David Wartinger confiesa que la idea original la tuvo un paciente suyo, quien le contó que «había ido a Disneylandia, allí se subió en una montaña rusa y a los pocos minutos de bajar, expulsó un cálculo renal».
Evidentemente los sacudones y movimientos durante el trayecto desprendieron los depósitos en el riñón del paciente y éste luego eliminó la piedra por medio de la orina, según DW.
Wartinger relata que el hombre tenía en total tres cálculos renales. Es así que después del éxito inesperado, se subió de nuevo a la misma montaña rusa y sucedió algo increíble. Luego del segundo recorrido se libró de la segunda piedra y al concluir el tercer viaje su riñón ya estaba totalmente libre de cálculos.
Los médicos realizaron un modelo de silicona del riñón de este paciente, lo obstruyeron con migajas similares a cálculos renales y lo rellenaron con orina. Armados de este curioso modelo se subieron a una montaña rusa en Disneylandia. «Los primeros diez viajes fueron muy divertidos», recuerda Wartinger y ríe. «Pero en los siguientes 20 ya nos sentíamos como si hubiéramos tenido un accidente de auto». Los dos médicos realizaron 360 viajes en montaña rusa con su modelo renal.
Su investigación fue premiada el 13 de septiembre de 2018 con el Ig Nobel de Medicina, un premio muy especial que es otorgado por descubrimientos científicos que «primero hagan reír y luego pensar». Pocos días después, Wartinger presentó los resultados de su investigación en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), en Cambridge, EE.UU. Allí reveló que las montañas rusas efectivamente ayudan a combatir los cálculos renales.