Con expectación fue recibido el primer fármaco capaz de ralentizar la destrucción del cerebro afectado por alzheimer. Sin embargo, el medicamento, conocido como lecanemab, sólo tiene un efecto limitado.
Los resultados, presentados en la conferencia de Pruebas Clínicas sobre la Enfermedad de Alzheimer, en San Francisco, y publicados en el sitio especializado New England Journal of Medicine, no representan una cura milagrosa, acorde a la BBC.
La enfermedad continuó robando a los pacientes de su potencia cerebral, pero ese declive se ralentizó casi en un 25% a lo largo de un tratamiento de 18 meses.
Los datos ya están siendo evaluados por los entes reguladores en Estados Unidos que pronto decidirán si aprueban el uso generalizado de lecanemab. Los desarrolladores del fármaco -las compañías farmacéuticas Eisai (de Japón) y Biogen (de EE.UU.)- planean iniciar el proceso de aprobación en otros países el año entrante.
Además, el fármaco es efectivo en las primeras etapas de la enfermedad, así que muchos pacientes quedarían excluidos sin que haya un método revolucionario para detectarlo anticipadamente.
Lecanemab ataca la placa pegajosa -llamada beta-amiloide- que se acumula en el cerebro de personas con alzheimer. La organización investigativa de Reino Unido Alzheimer´s Research UK calificó el descubrimiento de «trascendental».