A través de un acto que contó con la participación de las comunidades funcionaria y usuaria la “familia hospitalaria” del San Martín de Quillota se despidió del recinto que durante 71 años albergó al recinto base de las provincias de Quillota y Petorca, en el que miles de usuarios y usuarias vieron aliviadas sus afecciones de salud.
Para ello se realizó un acto solemne que tuvo por objeto el despedir y agradecer al recinto, inaugurado en 1951, todos estos años de servicio; razón por la cual actuales y ex funcionarios y funcionarias, incluidos ex Directores de la institución, así como representantes del Consejo Consultivo de Usuarios y de los voluntariados del establecimiento, se reunieron para esta ceremonia.
Tal como destacó el Director (S) de la institución, Omar Ogalde Bahamondes, esta ceremonia simbólica permite a la institución dar un cierre debido a una larga etapa de más de 7 décadas en el antiguo edificio: “Lo importante de que pudimos hacer este acto simbólico fue por varias cosas; la primera es que necesitábamos cerrar un hito emocional afectivo con nuestro Hospital San Martín de Quillota; y lo otro es iniciar ya un año 2023 enfocado a obtener un 100 por ciento ya de operatividad en nuestro nuevo centro hospitalario, lo que va en beneficio netamente de nuestras beneficiarias y beneficiarios”.
Si bien el traslado gradual y paulatino de unidades y servicios clínicos al Nuevo Hospital Biprovincial Quillota Petorca se materializó durante gran parte de este año 2022, con el corolario del traslado de la atención cerrada en octubre pasado; de manera temporal o definitiva, hay unidades que aún permanecen en el edificio de La Concepción #1050, como son Salud Mental, Infecciones de Transmisión Sexual, el Club Escolar “Angelitos Traviesos”, y las Bodegas de Archivo y Farmacia, además de algunos apoyos operativos.
Por ende, esta ceremonia de cierre se considera más bien simbólica, y como una forma que los funcionarios y funcionarias ya trasladadas a las nuevas dependencias pudiesen vivir el duelo de dejar la casa ocupada por la familia hospitalaria durante décadas.