Es común que los niños tengan pesadillas o las vayan a tener en algún minuto, lo que produce miedo y ansiedad, y les interrumpe su descanso. En esta línea, Andrea Cid, psicóloga de IntegraMédica, comenta que es importante saber que estos episodios son parte del desarrollo normal de la infancia, qué podemos hacer para ayudar a prevenirlas y cuándo es necesario consultar con un especialista.
“Comienzan generalmente entre los 3 y 6 años, y son esperables en ese periodo porque los niños empiezan a darse cuenta de que existen cosas que pueden hacerles daño. Es bueno diferenciarlas de los terrores nocturnos, que son episodios de gritos, miedo intenso y agitación del cuerpo mientras se duerme.”, explica la profesional.
“En los terrores, el niño sigue durmiendo y a la mañana siguiente no recuerda haber sufrido uno. Además, se pueden dar con sonambulismo, sentándose en la cama o estar con los ojos abiertos mirando fijo mientras se da el episodio. Con las pesadillas, en cambio, los niños se despiertan después de tenerlas”, aclara Andrea Cid.
Luego de una pesadilla la recomendación para los papás o cuidadores es que abracen al niño, porque esto le dará seguridad y calmará su ansiedad.
“Es importante aclararle que fue una pesadilla, que no es real lo que vivió, que todos soñamos y que algunas veces hay sueños que generan malestar. Para los niños más pequeños, dejar encendida una luz de noche puede ayudar a que se sientan más tranquilos. Asimismo, si el niño quiere contar su pesadilla, permitir que lo haga, pero no alargarse demasiado. Es importante enfatizar que debe volver a dormir, y si es necesario, acompañarlo hasta que lo haga”, sostiene Cid.
La psicóloga de integraMédica dice que es clave generar un ambiente tranquilo antes de la hora de dormir. Para esto sugiere los siguientes pasos, Tener un horario establecido para irse a dormir; Seguir una rutina que los relaje y baje las revoluciones del día; Evitar pantallas dos horas antes de irse a acostar; Preferir las comidas livianas en la noche y cuidar la temperatura de la habitación.
Ahora, si las pesadillas se hacen muy frecuentes, que le impidan dormir de corrido o le presenten miedo para irse a dormir, la recomendación es revisarlo con un experto. “También, si causan problemas de conducta durante el día o dificultad para rendir normalmente (apetito alterado, irritabilidad o baja de rendimiento en el colegio), ya que está relacionado con su calidad e higiene de sueño”, concluyó la especialista.