Por Dra. Leonor Irarrázaval, Académica investigadora UDLA Sede Viña del Mar.
La llegada de las fiestas de fin de año siempre es una invitación a preocuparnos por el prójimo, a mirar a aquellas personas que por el ajetreo cotidiano pueden pasar desapercibidas. Diciembre a todas luces se presenta como el momento perfecto para reflexionar acerca de qué es realmente la empatía y cómo ponerla en práctica.
Aunque se ha definido de diversas maneras, lo más común es decir que se trata de “ponerse en los zapatos del otro”, o sea, imaginarse en la situación de una persona para entender qué siente. Por ejemplo, si vemos a una persona en situación de calle, podemos imaginar cómo sería dormir a la intemperie, con escazas pertenencias y privados de alimentos.
Pero quienes investigan este tema concuerdan en que no se trata simplemente de un imaginarse desde lejos, ni tampoco es necesario pasar por la misma situación de la otra persona, sino que consiste en conocer desde cerca su vivencia y tener la disposición a escucharla: ¿Desde cuándo vive en la calle? ¿Cómo consigue alimentos? ¿Alguien la ayuda cuando se enferma? ¿Cómo se cobija por las noches?
Cifras recientes del Ministerio de Desarrollo Social y Familia reportan que en Chile hay más de 19 mil personas viviendo en situación de calle: una condición de extrema vulnerabilidad, cuya necesidad de ayuda no debería dejarnos indiferentes.
No obstante, continuamente se denuncian agresiones en contra de estas personas, siendo una de las formas de violencia más invisibles, pero no menos crueles.
La filósofa española Adela Cortina acuñó el término “aporofobia” para dar nombre a la patología social de desprecio y temor hacia las personas en situación de pobreza, que afecta especialmente la situación de calle. Esta patología muestra una grave alteración de la empatía, pues esta requiere poner en práctica una respuesta ética, reconociendo la vulnerabilidad de las otras personas como un “llamado” de cuidado y protección.
Por eso, la invitación para este fin de año es a poner en práctica la empatía. Así, cuando veamos una persona en situación de calle, acerquémonos a preguntarle cómo se siente y qué necesita. Si detectamos que requiere asistencia, llamemos al Fono Noche Digna: 800 104 777 (opción 0). Nuestra alerta ayudará a proteger la salud y la vida de las personas que más lo necesitan.