Joseph Ratzinger, conocido como el papa Benedicto XVI, falleció a los 95 años de edad. Nació el 16 de abril de 1927 en Marktl, una villa del sureste de Alemania cercana a la frontera con Austria. Aquellos eran tiempos difíciles para los alemanes, que intentaban levantarse después de la Primera Guerra Mundial.
Como uno de los más cercanos a Juan Pablo II, el en ese entonces cardenal Ratzinger se convirtió en uno de los favoritos para sucederlo, pese a que él no deseaba serlo. «Si Juan Pablo II no hubiera sido papa, habría sido una estrella de cine; si Benedicto no hubiera sido papa, habría sido profesor universitario», escribió el experto en el Vaticano John L. Allen.
Tras la muerte del Papa en 2005, el cónclave para elegir al sucesor de San Pedro fue rápido. El 19 de abril de aquel año Ratzinger, de 78 años, asumió el liderazgo de más de 1.300 millones de católicos como Benedicto XVI.
Según la BBC «Pero una de las cosas que más marcaron su papado fueron la explosión de casos de pederastia en la Iglesia. Un problema que desde años anteriores tuvo en las manos y eludió condenar. Pero las denuncias de pederastia fueron tantas y tan fuertes, como por ejemplo las ocurridas al seno de la congregación de los Legionarios de Cristo, que tuvo que poner la cara y hablar de perdón. Apuntó directamente al ‘pecado dentro de la Iglesia'».
Finalmente, el 10 de febrero de 2013, renunció a su cargo como papa, justificándolo en que su estado de salud no le permitía seguir cumpliendo sus funciones, siendo el primero en ocupar ese cargo que abdicaba después de 600 años cuando lo hiciera Gregorio XII en 1415.