Un agente de policía en España fue suspendido por seis meses debido a que durante sus tiempos libres también era actor porno.
Según El País, tribunales lo condenaron luego que una persona lo reconociera debido a sus publicaciones en redes sociales, donde ofrecía servicios para «hacer videos y espectáculos en directo» y su rostro era «perfectamente reconocible».
El policía argumentó que nunca se identificó como tal ni vistió su uniforme. Asimismo, dijo que no se trataba de un segundo trabajo, sino que era un pasatiempo que compartía con su pareja. De acuerdo con su versión, a él no le pagaban y sus derechos de imagen estaban cedidos a una productora de películas para adultos.
Pero la sentencia en su contra determinó que su trabajo no era compatible con esa vida, pues menoscaba el prestigio» de la policía, «una institución encargada de luchar contra los delitos de trata y explotación sexual».
El medio La Razón señaló que su pareja sí cobraba dinero por las escenas, «porque lo habitual es que solo cobre la actriz»: 300 euros por cada una, es decir, unos 270 mil pesos chilenos.