En pleno debate por un nuevo cambio de hora los investigadores de la cronobiología John Ewer, del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso, y Luis Larrondo, de iBio de la PUC, se suman a la propuesta del presidente de la Red Nacional de Salud y del Ministerio de Salud de eliminar el cambio de hora de manera permanente. Sin embargo, discrepan en mantener el horario de verano, sugiriendo que el horario de invierno sería la mejor opción para el país.
Los investigadores explican las ventajas y complejidades que tiene en sí misma la medida, a semanas de que entre en vigencia el próximo cambio de huso horario, que está programado para el 1 de abril, fecha en que los relojes se deberán retrasar una hora para ajustarse al horario invernal.
“Felicitamos al doctor Patricio Mardones, presidente de la Red Nacional de Salud, y al Minsal, por proponer eliminar los cambios de horario. Ello, porque el cambio de hora de la primavera afecta negativamente a las personas: causa una caída en el nivel de atención y desempeño y un aumento en la incidencia de infartos durante los primeros días hábiles después del cambio de hora, además de causar un aumento sostenido en el déficit de sueño; y todo ello sin un ahorro de energía demostrable. Sin embargo, discrepamos de que deberíamos mantener el horario actual, el llamado horario de verano. Si bien todos agradecemos, desde el punto de vista social, tener más luz en la tarde, nuestro cuerpo y su biología definitivamente prefieren que haya la mayor cantidad de luz posible a la hora de levantarnos”.
Además, los científicos advierten que la presencia de más luz en la tarde se debe fundamentalmente a la estación de verano y no al horario.
“Con el horario de verano el sol se levanta más tarde en el invierno: ello retrasa nuestro reloj biológico, lo cual hace que nuestro cuerpo despierte más tarde, afectando negativamente nuestro desempeño. Así, el reloj despertador puede obligar a nuestro cuerpo a salir de la cama cuando esté oscuro, pero nuestra fisiología corporal aún no estará del todo despierta. Los más afectados son los adolescentes, que son el futuro de Chile. Eso, aparte del hecho de que debamos levantarnos aún más a oscuras, lo cual aumenta los riesgos de accidentes”.
Asimismo, destacan que la mayoría de los países que han adoptado mantener el horario de verano permanentemente han optado por volver a los cambios de horario o elegir el horario de invierno como permanente, como fue el caso de Estados Unidos en 1974 y Rusia en 2014. Chile también experimentó con el horario de verano en el 2015, pero la decisión de mantenerlo fijo fue revertida un año después.
“Y no hay que olvidar que Chile también ya hizo este experimento con su población y con el mismo resultado: en el año 2015 Máximo Pacheco, el entonces ministro de Energía, fijó el horario de Chile al llamado horario de verano, decisión que fue revertida un año más tarde (2016, a excepción de la provincia de Magallanes) debido a su rechazo transversal por la mayoría de la población. Como era de esperar, mantener el horario de verano permanente aumentó el ausentismo escolar y no tuvo beneficio alguno en términos de ahorro de energía. Por último, eliminar los cambios de horario y mantener el horario de invierno permanente es también la recomendación de sociedades científicas relevantes, como lo son la Sociedad de Ritmos Biológicos (2019) y la Academia del Sueño de Estados Unidos (2020)”.
Finalmente, para concretar el plan propuesto por los investigadores, bastaría con modificar el régimen horario de Chile después del cambio de hora del 1 de abril, manteniendo de esta manera el horario de invierno de manera fija.