“Los jóvenes conforman la población más vulnerable a riesgos como la adicción, dificultad de establecer acciones cara a cara o a sufrir violencia online derivados del uso de internet”, afirmó el Dr. Cristóbal Guerra, académico de la Escuela de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales y Comunicaciones de la Universidad Santo Tomás sede Viña del Mar, durante la Clase Magistral que brindó con motivo de la Inauguración del Año Académico de la Casa de Estudios.
En la oportunidad explicó que el mayor tiempo de exposición a esta herramienta implica un incremento en el riesgo. “Si todo el día estoy vinculado a internet puedo generar comportamientos adictivos que me pueden hacer presa fácil de delincuentes virtuales”, indicó, precisando que los peligros van desde ser víctima de engaños como ‘el cuento del tío’, el robo de claves, e incluso ciberbullying o agresiones sexuales, prácticas que pueden hacerse cotidianas si no le tomamos el peso debido”, precisó Guerra.
El académico añadió que el daño psicológico que pueden provocar este tipo de agresiones no disminuye en nada por el hecho de ser virtuales. En ese sentido, enfatizó que “sólo los adultos decimos ‘me voy a conectar a internet’. En cambio, ellos todo el día están vinculados a través de dispositivos por lo que la separación entre el mundo online y el real no es tal”.
Pero ¿qué se puede hacer para prevenir estas amenazas? El especialista respondió a esta interrogante explicando en primer lugar las estrategias que no funcionan, entre ellas, las discursivas como es el caso de las charlas moralistas. “Se ha demostrado que los jóvenes no escuchan a los adultos porque ellos saben más de internet que nosotros. En mi opinión, es más efectivo establecer diálogos donde se les de espacio a los jóvenes para hablar de aquello en que son expertos (internet) y compatibilizarlo con uno en que los mayores podamos referirnos a los peligros de la vida”.
Destaca además que en ámbitos como el universitario es importante no esperar a que se den situaciones como el ciberbullying dentro de un curso para reaccionar. Lo correcto, indicó, “sería incluir actividades de prevención como parte de las actividades de inducción a la vida universitaria y si se dan casos dentro del aula, es relevante que la universidad haga algo al respecto, entendiendo claro que ésta es una instancia de educación y que- en caso de que corresponda- debe acudir a las autoridades policiales para que investiguen o a las sanitarias para que realicen las intervenciones psicológicas”.
Por último, calificó como muy relevante generar espacios de apoyo social entre los estudiantes universitarios, puesto que se ha demostrado que estas instancias permiten generar lazos afectivos a los cuales se puede recurrir en casos difíciles. “Me refiero a fomentar el uso de patios, mesas de pin pon; ojalá hubiese más canchas y más actividades de vida universitaria fuera del aula, donde la gente pueda interactuar cara a cara y establecer vínculos”, ejemplificó.