Este lunes se confirmó la muerte del poeta chileno Erick Pohlhammer, a sus 68 años. Si bien su familia no confirmó la causa del deceso, el artista había tenido diversos problemas de salud en el último tiempo, como lo fue un accidente cerebrovascular en 2022, lo que le causó una parálisis del lado derecho de su cara.
Pohlhammer fue un conocido autor de la generación de los ’80, una polémica figura pública, pero considerado el «poeta de la felicidad».
Sin duda uno de los exponentes chilenos más apreciados de las últimas décadas. Además de la escritura, era un apasionado por el fútbol y fue sobrino del legendario futbolista nacional Sergio Sergio Livingstone. Tanto así que jugó en su juventud en el Club Universidad Católica.
En 1993 ganó su primer reconocimiento: el Premio Pablo Neruda. Ese mismo año obtuvo el premio Don Balón de Oro en la revista deportiva española homónima. Luego vino el Premio Fray Luis de León en 2002, España, para finalmente recibir el Premio Municipal de Literatura de Santiago en 2008 por el poemario «Vírgenes de Chile», uno de sus más destacados. Complicaciones de salud En mayo de 2022 su esposa, Verónica Frazier conversó con Las Últimas Noticias (LUN) sobre el accidente cerebrovascular isquémico derecho que afectó al poeta.
«Estábamos almorzando en un restaurante de Viña del Mar. Eran cerca de las 13:15 de la tarde y se le empezó a paralizar el lado derecho de la cara y el brazo no lo podía mover», relató entonces. Tres meses después, el propio Pohlhammer declaró a LUN que debido al ACV, «me canso al hablar y tengo que proyectar la voz desde el estómago como los cantantes». Por su parte, Frazier señaló en esa oportunidad que el poeta estaba alimentándose más sano y que había bajado de peso debido a eso.
«Toma desayuno a las nueve y se toma los remedios. Hace sus cosas, escribe harto y sale a hacer sus caminatas en las mañanas y en las tardes, de media hora», detalló. Sin embargo, en febrero pasado, la mujer reveló que Pohlhammer estaba recibiendo tratamiento por «un tumor cancerígeno en el cerebro», que le habían detectado dos meses antes. «Mucha gente quiere a Erick, demasiada, y no sabemos cuánto tiempo le queda de vida (…) Él quiere estar tranquilo, morir tranquilo en su casa. No le tiene miedo a la muerte, dice que se va a ir feliz, agradecido», dijo entonces.
Fuente: Emol.com.