Después de tres meses de debate y discusión, la Comisión Experta entregó el anteproyecto de una nueva Carta Magna en este segundo proceso constitucional.
Ahora será el turno del Consejo Constitucional quien deberá revisar estas normas a contar del 7 de junio. Sin embargo, la conformación de este órgano podría modificar sustancialmente el texto que elaboraron los expertos.
Así lo asegura Eduardo Bofill, docente de Derecho Constitucional de la carrera de Derecho de la Universidad Santo Tomás Viña del Mar, quien advierte las dificultades que tendrá este anteproyecto con miras a ser aprobado en su mayoría.
“En mi opinión es un texto mesurado, pero por la conformación de lo que va a hacer el Consejo Constitucional, no hay mucha seguridad de que este anteproyecto vea la luz. El Consejo podrá sugerir nuevas normas y tiene el quórum suficiente para aquello”, explica Bofill.
De todas maneras, el Consejo -tal como lo hizo la Comisión Experta- deberá trabajar bajo ciertos “bordes”, marcos de trabajo que fueron establecidos en el Acuerdo por Chile que llevó al país a un nuevo proceso constitucional. Esto será supervisado por el Comité Técnico de Admisibilidad, que fue designado por el Congreso y está compuesto por expertos con una amplia trayectoria judicial.
Cansancio en la ciudadanía
“Quizás uno de los mayores desafíos del Consejo Constitucional va a ser encantar o reencantar a la ciudadanía con este nuevo texto, pero es algo que se ve muy complejo”, indicó el académico.
Esto en relación con el aparente poco interés de las personas en esta segunda propuesta de Carta Magna. Para Eduardo Bofill, entrar en este proceso fue demasiado pronto.
“Tal vez hubiera sido mejor primero saber las razones detrás del rechazo en el Plebiscito de Salida, decantarlas y luego ver qué se podía hacer para avanzar hacia una nueva Constitución. Como profesor de Derecho Constitucional vi que las personas estaban muy interesadas en entender el fenómeno, en conversar los problemas, pero hoy esto no ocurre. Hay una especie de cansancio en la ciudadanía”, señaló.
Esta poca empatía con el proceso constitucional podría transformarse en un nuevo rechazo o un alto porcentaje de votos nulos, tal como ocurrió en las pasadas elecciones del 7 de mayo.
“Se tiene que entender como algo de Estado y no de gobierno, es algo que tiene que superar la coyuntura política del día a día, pero veo que estamos muy entrampados en aquello. Lo errático de las elecciones lo demuestran: las personas votan por un conglomerado, rápidamente se desencantan y escapan a otro, inclusive radicalmente distinto. Eso no tiene que ver con lo que es una Constitución, que nos tiene que regir a todos”, aseguró el profesor Bofill.